Después de todos estos años echando las cartas a personas de todos los ámbitos de la vida sobre asuntos muy diversos, he llegado a la conclusión de que a menudo tenemos tendencia a callarnos cosas que sabemos podrían generar un conflicto, ya sea con nuestra pareja, en nuestro trabajo, o con amigos y familiares; esto a veces puede ser una forma adecuada y diplomática de enfrentar según que situaciones, pero en el caso de una relación de pareja, la experiencia me dice que casi siempre es malo.
Supongo que es porque nuestra pareja es alguien en quien por definición confiamos, y al "autocensurarnos" y no expresar algo que pensamos que podría desagradar a la otra persona o generar un conflicto, pues de alguna forma es como si empezase a gestarse un conflicto dentro de nosotros mismos.
Sencillamente es una paradoja, si hay cosas que no decimos a nuestra pareja (en quien supuestamente confiamos) por miedo a su reacción, entonces probablemente haya algún problema (de confianza), puede ser que no seamos todo lo compatibles que pensamos, que haya un miedo injustificado a hablar y expresarse, o sencillamente que falta la soltura para decir lo que se siente.
Todo esto es normal, y es parte de la vida y las relaciones de pareja, el problema viene cuando ante este tipo de cosas lo que hace uno/a es callarse y mirar para otro lado, sin querer afrontar la realidad; de esta forma realmente lo que estamos haciendo es aplazar el problema para más adelante, pero podemos estar seguros que al final el problema volverá a llamar a nuestra puerta, cada vez un poco más grande; es parecido a las deudas que se tienen con los bancos, se pueden aplazar o no pagar, pero podemos estar seguros de que al final tendremos que enfrentarnos a las consecuencias de ese problema "aplazado" de una forma u otra.
Muchas veces cuando echo las cartas sobre una relación de pareja capto este tipo de conflictos o realidades mal asumidas, lo cierto es que en la vida no suele haber soluciones fáciles a los problemas difíciles... ante una situación así lo mejor es intentar hacer un esfuerzo y luchar por hacer las cosas mejor, es un camino duro, hay que esforzarse, enfrentarse a miedos y realidades incómodas, cambiar un poco día a día, vivir con la incertidumbre del "que pasará", asumir decepciones (y alegrías)...
Pero en mi opinión es el camino acertado por el que ir, lo contrario es refugiarse en fantasias y autoengaños que no suelen llevar a muy buen puerto.
Yo por eso cuando echo las cartas intento captar problemas presentes y reales, que son sobre los que se pueden hacer cosas para que el futuro sea mejor de lo que sería si no se hace nada y simplemente se queda uno esperando a que ocurra lo que nos han predicho que ocurriría.