Escrito el 11/Junio/2022 por Nacho
Desde el pasado 6 de junio estoy en Argentina, en la provincia de Córdoba, vine con la intención de encontrar un lugar donde establecerme a largo plazo, y todavía estoy aterrizando como quien dice, sólo he tenido tiempo de explorar la ciudad de Córdoba y Cosquín y ya puedo ver que esto es "un mundo diferente" a muchos niveles, unas veces para bien y otras para mal, pero en mi caso particular tiene mucho más sentido y es mejor para mi estar aquí que no en la Europa post Covid.
Realmente hacía tiempo que necesitaba un buen cambio de aires, y me resultó muy natural dar el paso de venirme aquí, es lo bueno que tiene el tener poco que perder, puedes tomar decisiones que para otras personas resultarían imposibles o muy arriesgadas sin hacerte mayor problema.
Soy consciente de que llego en un momento complicado para el país, con una inflación galopante y todos los problemas que de ella se derivan unidos a los últimos coletazos de la Historia del Covid, que todavía están bien presentes a pesar que desde comienzos de abril se puede entrar al país sin vacunas y sin tests.
Está claro que no es un camino fácil venirse a Argentina con la mochila a la espalda en estos tiempos que corren, pero al menos para mi es una manera de dejar atrás ese estancamiento que se respira en Europa, esa especie de resignación y conformismo que crea seres apáticos y cobardes, convencidos de vivir en "el mejor de los mundos posibles" y dispuestos a hacer lo que sea con tal de conservar sus supuestos privilegios materiales.
Aquí es todo mucho más caótico, y también más difícil para la mayoría de personas, pero precisamente por eso tengo la sensación de que la gente está más viva, de que viven la vida de una manera más intensa, yo al menos en estos pocos días he encontrado mucha calidez y simpatía, muchas personas con una mirada viva y luminosa a pesar de tener situaciones materiales complicadas.
En general la sensación nada más llegar fue de que hace por lo menos 20 años que no se invierte nada en infraestructura pública, las calles, las estaciones de tren, la mayoría de comercios, todo se ve muy viejo y algo abandonado, esta por ejemplo es una calle peatonal de la zona comercial del centro de Córdoba:
Es obvio que la crisis económica que atraviesa Argentina se siente en multitud de detalles en la calle, no es raro encontrar comercios destartalados, mal iluminados y poco limpios donde los números hace mucho tiempo que dejaron de salir como debieran, pero precisamente por eso las excepciones destacan con luz propia, y para mi sorpresa una de esas excepciones son las librerías de comics, grandes, limpias y bien surtidas:
Me comentaban en una de ellas que la pandemia trajo consigo un aumento muy fuerte en el interés de los argentinos por los comics, las ventas subieron con fuerza y eso hizo posible que se editasen obras que de otra manera habrían permanecido en el olvido.
Una de ellas fue nada menos que Magic Knight Rayearth, obra editada en los 90 por Planeta en España y que nunca llegó a las librerías argentinas hasta ahora, poco antes de llegar yo al país, y todo gracias a la pandemia!
Fue una grata sorpresa, y una clara señal, el encontrarme sus tomos recién impresos en las estanterías de las librerías al día siguiente de llegar, y sólo a 3€ cada uno, tuve que hacer un gran esfuerzo para no comprarlos (no tengo donde meterlos):
Otra cosa muy positiva que me ha llamado la atención es que aquí la gente lee mucho más que en España o Portugal, se nota en el número y tamaño de librerías que hay por la calle, en el relativamente bajo precio de los libros, y en que la mayoría de librerías compran y venden libros:
Esta otra foto es del escaparate de la librería de la estación de autobuses de Cosquín, un pueblín a unos 50 kilómetros de Córdoba, me llamó la atención la buena selección de libros que tenían en su interior:
En Cosquín, y en muchos otros sitios, se echan de menos algunas cosas básicas, como unos baños públicos o una fuente en la plaza del pueblo, pero no faltan unas cuantas librerías bien surtidas de donde gustosamente saldría bien cargado si no fuese porque no tengo donde meter los libros.
Otro detalle que me llamó la atención es que hay negocios privados que dan desayunos gratis a las personas que viven en la calle, y que al menos según mi percepción no son más que en Lisboa:
La verdad es que yo venía en poco preocupado después de haber leído sobre los problemas que atraviesa Argentina, y volví a tener la sensación de cuando llegué a Cabo Verde, de que es verdad que las cosas a nivel material están peor, pero que en gran parte lo que ocurre es que en Europa se esconden y se maquillan los problemas y las miserias mucho más hábilmente y con más dinero; desde luego no creo que la gente sea más feliz en España o Portugal que en Argentina, al menos esa es mi impresión mirando las caras de las personas aquí y allí.
Por otro lado, la historia del Covid por desgracia no está todavía superada ni mucho menos, es una situación extraña, porque en ningún sitio he visto tanta gente con la mascarilla por debajo de la nariz, yo diría que alrededor del 50%, esta sigue siendo obligatoria en interiores, pero al mismo tiempo hay una situación de facto donde si no la llevas nadie dice nada y a nadie parece importarle, hay un centro comercial aquí, que al entrar el guardia de seguridad te exige que te pongas la mascarilla, incluso viendo que en el interior la mayoría de la gente no la lleva, y te explica que es obligatoria "para entrar", pero que "para circular" por el interior no lo es...
También es muy habitual que los empleados de comercios no la lleven, depende de los sitios, yo al final intento hacer lo que está haciendo la gente que ya hay dentro del local donde voy a entrar.
Cuando llegué al aeropuerto la mitad de los propios empleados no la llevaban, incluyendo la policía, creo que es porque se rigen por una norma distinta a la de los comercios de la ciudad... no sé, es todo un poco caótico y sin sentido, pero lo cierto es que también hay mucha gente que se cree que la mascarilla y el gel hidroalcohólico les protegen de algo, a ojo diría que deben ser el 30% o 40%, el resto pienso que en su mayoría sencillamente pasan de todo, probablemente tengan problemas más tangibles e inmediatos de que ocuparse que un supuesto virus terrorista e inmortal.
Pero aún así muchas cosas no han vuelto a ser como antes del Covid, prueba de ello es este cartel que había en el centro cultural de Cosquín, mostrando todavía la programación de 2020 a pesar de estar ya en junio de 2022:
Otro problema más serio y real que ningún virus es la sequía, que aquí es habitual en los meses de invierno, pero este año parece que es más marcada de lo que debiera, según me han contado no se trata sólo de que llueva menos, sino de que el Sol actúa con mucha más fuerza que antes, probablemente debido al deterioro de la capa de ozono; se nota mucho cuando se sale fuera de la ciudad, y en el caudal de los ríos que atraviesan Córdoba:
Una de las cosas que me llama mucho la atención es que las pocas infraestructuras recientes que se ven son principalmente antenas de telefonía móvil y centros de vacunación, para eso no falta dinero ni hay crisis, que curioso...
En cambio lo que son los ferrocarriles parecen casi un museo viviente (casi todo el transporte es por carretera), para mi que siempre fui aficionado a los ferrocarriles es algo incluso agradable; esta por ejemplo es la estación de Cosquín, una población de 20.000 habitantes a 52km de Córdoba:
Y esta es la estación de Córdoba, la segunda mayor ciudad del país con cerca de dos millones de habitantes:
Yo fui en ese tren de Córdoba hasta Cosquín, unos 70km de trayecto para los que hicieron falta casi 3 horas porque la vía está en mal estado y el tren tiene que ir muy despacito durante todo el viaje, eso sí, el precio del billete también es de otros tiempos, 16 pesos argentinos, unos 7 céntimos de euro al cambio actual, en cambio el mismo trayecto en autobús cuesta 290 pesos (1.23€).
Me llamó la atención que todas las estaciones y los propios trenes tienen carteles donde se reclaman las islas Malvinas como argentinas, en esta foto puede verse uno de ellos arriba a la izquierda:
Y este era el costado del tren al que me subí para ir a Cosquín:
También los hay en todos los tablones de anuncios y dentro y fuera de las estaciones.
Y por si fuera poco, hay hasta una empresa de autobuses que se llama "Malvinas Argentinas":
Inevitablemente todo esto me recuerda a Gibraltar, y me pregunto por qué en España no se reclama Gibraltar como español con más "ganas"... pero ese es otro tema para tratar en otro momento.
En las próximas semanas espero conocer la zona rural de la provincia de Córdoba, y luego ya veré, la verdad es que no tengo un plan muy definido, vivimos en un mundo tan inestable e impredecible que hay que ir adaptándose a las circunstancias sobre la marcha.