Haciendo barco-stop: como viajar a vela sin tener barco

A menudo me escribe gente que quiere navegar pero no tiene barco, y quizás una de las ideas que más fácilmente vienen a la cabeza sobre esto es el tema del "barco-stop".

No se trata de encaramarse en la punta de un espigón haciendo señas con el pulgar de la mano hacia arriba esperando que alguien te lleve en su barco, sino más bien de crear un perfil en páginas como Find A Crew, Crew Bay o 7 knots, y a través de ahí contactar con propietarios de barcos que por un motivo u otro buscan tripulantes que les acompañen.

Así fue como conocí a esta joven pareja portuguesa en Madeira, unos chavales muy majos pero sin experiencia en el tema y que pensaban que ir los 3 juntos hasta Cabo Verde en mi barco tal vez era demasiado, pero hasta Canarias si que lo veían claro:

Xebec abarrotado de visitas

Al final acabaron yendo con la otra pareja más mayor hasta Porto Santo (un trayecto de unas 6 ú 8 horas), lo cual les sirvió para hacerse una idea de como es el mundo este de vivir y viajar en un barco pequeño, pero claro, de ahí a cruzar el Atlántico hay una diferencia muy grande.

Lo que ocurre es que es un asunto mucho más serio de lo que pueda parecer al principio, por un lado, quien lleva a los barco-stopistas asume una responsabilidad muy grande a todos los niveles, y estos otros, sean conscientes de ello o no, están poniendo sus vidas en las manos de la persona responsable del barco.

Cómo funciona

La cuestión para entender como funciona el barco-stop es: ¿porqué alguien querría llevarte en su barco de tripulante?

Pues por muy sonriente que aparezca en su perfil, lo más probable es que el motivo sea que le viene bien que le ayuden con todo el trabajo que implica el mover un barco de un sitio a otro, por supuesto que también mucha gente tiene interés en la experiencia a nivel humano, conocer gente nueva, tener compañía y cosas así, pero al final en los barcos la realidad se impone por si misma y se acaba pensando en dinero, trabajo, guardias nocturnas y cosas por el estilo.

Lo cierto es que el navegar a vela tiene muchas cosas bonitas y positivas, especialmente cuando el tiempo está bueno y la historia no se prolonga más de unas horas o incluso un par de días, pero más allá de eso es básicamente algo duro, cansado e incómodo, y ese es el motivo por el que mucha gente busca y necesita que le echen una mano.

Por ejemplo un caso habitual es la típica pareja de jubilados (o que no necesitan trabajar) con un buen barco y unas buenas pensiones pero que las fuerzas físicas les empiezan a fallar debido a la edad, y entonces les vendría muy bien un par de chavales jóvenes que les echasen una mano con las guardias nocturnas y para tirar de los cabos, de paso les hacen compañía, les dan conversación, y a cambio ellos (los tripulantes jóvenes) tienen una experiencia valiosa, aprenden a navegar, viajan y conocen sitios nuevos por poco dinero y de una forma original y enriquecedora.

Aunque en el fondo es un mundillo donde hay mucha variedad a todos los niveles y no conviene tener ideas preconcebidas, hay de todo, por ejemplo este chico acaba de terminar de restaurar un barco poco mayor que el mío y busca quien le acompañe de Alaska a México, un viaje sin duda interesante:

Patrón de Alaska buscando tripulante para bajar a México

Y esta otra chica está en Grecia buscando tripulantes para que le acompañen por el Mar Egeo a bordo de su Nicholson 32 de 1965:

Patrona de Nicholson 32 en Grecia

Todo muy bonito, incluso una nueva modalidad de economía colaborativa, si no fuese porque para ayudar en un barco, primero no se debe uno marear, y segundo hay que aprender a hacer las cosas a bordo antes de empezar el viaje, y esto último lleva más tiempo del que la mayoría de patrones está dispuesto a invertir en unas personas que en el siguiente puerto se marchan a su casa y su principal tarea consiste en otear el horizonte cuando les toque guardia y avisar si hay peligro de chocar con otro barco.

Así pues, la dura realidad del mundo del barco-stop es que hay muchos tripulantes con poca o ninguna experiencia buscando ese buen barco con buenas personas sin problemas económicos que les lleven y les traigan de aprendices por el ancho mar...

...y a la vez muchos dueños de barcos necesitados de personas que no se mareen y a las que no haga falta enseñar nada, que lleguen en un avión a donde está el barco, se suban a bordo, compartan gastos de gasoil, puertos y comida, y una vez en el mar hagan sus guardias y su parte proporcional de trabajo compartiendo las incomodidades y momentos difíciles del viaje, todo sin generar problemas a nivel de convivencia.

Por otro lado, desde el punto de vista del tripulante con experiencia que quiere navegar porque le gusta, gastando su dinero y/o sus vacaciones en ello, las preocupaciones no son pocas:

  • Que el barco esté adecuadamente mantenido (muchos no lo están).
  • Que el material de seguridad esté presente y operativo.
  • Que se cumplan unos mínimos de higiene, limpieza y seguridad alimentaria (hay cada cosa por ahí...).
  • Que el dueño del barco y/o otras personas a bordo sean tratables y tengan buena salud mental.
  • Que quien mande a bordo sepa tomar decisiones adecuadas y prudentes, y no sea un flipado movido por su orgullo y con tintes de dictador.
  • Que los lugares y fechas de partida y llegada coincidan bien con sus combinaciones de vuelos y con su disponibilidad de tiempo.
  • Que el tipo de navegación se ajuste a lo que él/ella juzgue adecuado, hay quien no soporta ir despacio y otros que no soportan correr riesgos y/o incomodidades extras por llegar un día antes.

Básicamente lo del barco-stop es como un mercado donde hay dos tipo de comerciantes serios y "con posibles":

  • Los que tienen un barco bueno en buen estado, con espacio extra para algún tripulante, cierta experiencia, saber hacer, y una situación económica no precaria.
  • y quienes realmente tienen cierta experiencia navegando, saben donde se meten y son capaces de aportar un trabajo y experiencia útiles y necesarias desde prácticamente el primer día que llegan.

Y luego están los comerciantes con pocas posibilidades:

  • Personas sin experiencia que buscan precisamente eso: una primera experiencia; y precisamente por su falta de experiencia no tienen muchas de las preocupaciones del otro tipo de tripulantes con más horas de navegación.
  • y quienes tienen barcos demasiado pequeños y/o situaciones poco fáciles, o que por otro tipo de motivos no dan confianza a los tripulantes experimentados.

Entonces, como puede uno imaginarse, la situación es muy dada a que los del primer grupo comercien entre ellos, y los del segundo grupo, en especial los tripulantes sin experiencia, se metan en problemas.

Experiencias buenas... y no tan buenas

Yo en los años que viví y viajé a bordo de Xebec vi y conocí muchas experiencias de barco-stop de primera mano en los puertos donde estuve, y en honor a la verdad tengo que decir que vi de todo, desde experiencias increíblemente buenas y positivas, a auténticas pesadillas dignas de películas de terror.

Entre las experiencias buenas, conocí a gente con barcos realmente buenos y caros que los compartían más por un interés sincero en conocer otras personas que no porque realmente necesitasen la ayuda, y también muchas personas que con barcos sencillos pero correctos buscaban comerciar en el mercado del barco-stop de una forma justa y honesta, a menudo con buenos resultados para ambas partes.

Pero las experiencias de pesadilla desgraciadamente son muy reales... quizás la más típica es la del barco-stopista que se mete en un barco con problemas técnicos serios donde el "patrón" no tiene la cabeza bien amueblada, entonces, una vez comienza el viaje primero se deteriora el ambiente a nivel humano, luego se comienza a deteriorar el tiempo meteorológico y por último se empieza a desmoronar el barco por los 4 costados.

No es ninguna broma, yo conocí a personas que llegaron en barcos que habían pasado por eso, de estar quizás 2 días con un temporal día y noche, el barco haciendo aguas y toda la tripulación teniendo que achicar el agua con cubos, cacerolas o cualquier cosa a mano, con las bombas de achique sin funcionar, sin electricidad, con frío, casi sin comer, las velas rotas, el motor averiado, sin saber por donde entraba el agua y "el patrón" con una crisis neurótica causando todavía más problemas...

Y el riesgo de meterse en un barco con un loco (o loca) es también muy real, por ejemplo en Gijón me contaron la historia de un holandés loco que venía del Norte de Europa con dos tripulantes españoles, y cuando estaban llegando al holandés se le cruzó el cable, y se tiraron varios días a la deriva, con el holandés intentando matarles con un cuchillo, y los dos tripulantes encerrados en el camarote de proa esperando a que el loco se durmiese o despistase para reducirle, atarle al mástil y conseguir llevar el barco a puerto.

Este tipo de cosas desgraciadamente ocurren, me acuerdo por ejemplo en Porto Santo que el policía que me atendió al llegar me explicó que ellos siempre intentan comprobar con el puerto de salida el número de tripulantes que salieron, para ver que es el mismo que se declara a la llegada, y que más de una vez (de entre miles), no lo fue, dándome a entender que por el camino hubo uno o más homicidios intencionados que se intentaron ocultar a la llegada.

Pero bueno, tampoco es plan de volverse paranoico, es el mundo en que vivimos, y realmente pienso que con tener un mínimo de sentido común se puede viajar haciendo barco-stop sin meterse en problemas serios; lo que ocurre es que si no tienes experiencia navegando vas a necesitar mucha suerte al principio para que alguien te lleve, lo más probable es que al menos los primeros días supongas una carga y trabajo adicional para los demás, y a lo mejor después de esos primeros días decides que eso no es para ti y te marchas... pero bueno, es la vida, se trata de vivirla ;-)

 

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Nacho, el autor de esta web

Nacho (el autor de esta web)

En otros tiempos informático, desde 2004 vivo de una forma más coherente conmigo mismo, siendo esta web consecuencia directa de ello, la creé para promocionar mi consultorio y acabé hablando de todo tipo de cosas.

Nací en España hace 46 años, y hace mucho que no llevo una vida "normal", primero viví en un barco durante 10 años, luego en una remota aldea azoriana, y desde junio de 2022 estoy en Argentina en busca de nuevos horizontes.

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