Isla de la Sal: Las aventuras de Nacho en la isla de la Sal de Cabo Verde

Sobre el papel la isla de la Sal parecía una buena puerta de entrada a Africa, un sitio pequeño, sin grandes problemas de seguridad, donde se habla un idioma que conozco (portugués), hay una gran variedad de gente de todo Cabo Verde y de la mayoría de países de Africa Occidental, no hay mosquitos y además está situada de tal manera que desde aquí se puede ir para América del Sur, el Caribe o el Africa Tropical...

Felizmente no sólo se cumplieron todas estas expectativas sino que además resultó ser un sitio barato en conjunto, agradable, y lo más importante: lleno de buena gente con la que es muy fácil y agradable el relacionarse.

Durante todo el tiempo que estuve aquí estuve fondeado en la bahía de la Palmera, con lo cual tenía que hacer toda la parafernalia de remar, sacar el bote del agua, candarlo a un árbol, luego a la vuelta lo mismo en sentido inverso...

remando en la bahía de Palmeira, isla de Sal, Cabo Verde

Pero bueno, en Porto Santo por eso mismo me cobraron 260 euros al mes, y aquí es gratis ^_^

La isla de la Sal tiene una población de unas 20000 personas (sin contar los turistas que van y vienen) y una superficie de 216 kilómetros cuadrados, la economía se basa en el turismo, de tal forma que, según me cuentan, aquí es más fácil encontrar un trabajo adecuado que en la mayoría de las otras islas, eso hace que en la práctica haya gente de todo Cabo Verde, yo ya conocí gente de todas las islas menos de Brava y Maio que son las más pequeñas.

Además de los caboverdianos, también hay mucha gente de otros paises africanos, muchos senegaleses, bastantes gambianos, guineanos (de Guinea Bissau, menos de Guinea Conakry), nigerianos, liberianos, costa-marfilenses...

Lo cierto es que es un sitio estupendo para empezar a conocer Africa, una de las cosas que más me impactaron al principio es la facilidad con que puedes entablar conversación con otras personas y empezar a hacer amistades, para empezar está todo lleno de niños muy curiosos que vienen corriendo a conocerte y hacerte un montón de preguntas, luego a raiz de los niños acabas conociendo a sus padres, después a los amigos y familiares de sus padres y al cabo de un mes ya conoces muuucha gente.

Después de un mes y medio aquí tengo una impresión muy positiva de la gente en general, hay de todo, bueno y malo, como en todos sitios, pero una vez que aprendes a alejarte de lo malo y a arrimarte a lo bueno los días comienzan a tener unos colores y un brillo que nunca antes había conocido.

Sin ir más lejos, durante un año entero en Madeira apenas comí un par de veces en casas de otras personas, y aquí en un mes ya he perdido la cuenta de todas las casas donde estuve y donde me invitaron a comer o a cenar, basta que pases por delante de la casa de un amigo a la hora de la cena para que te inviten a entrar y a unirte a la comida, una vez que te conocen son gente muy abierta y generosa que te ayudan en todo lo que pueden sin ningún tipo de reserva.

Al principio cuando quedaba por la noche se empeñaban en acompañarme hasta el bote por si acaso me pasaba algo por el camino, y si alguna vez iba solo me llamaban luego por teléfono para asegurarse de que hubiese llegado bien, así es fácil sentirse arropado y en buena compañía a pesar de vivir solo en un humilde barquito.

Por lo demás, la vida aquí es muy diferente a lo que estaba acostumbrado en Europa, empezando por la comida, aquí se come mucho arroz, y también bastante mijo y fabas, el plato típico de Cabo Verde es la Cachupa, una especie de fabada asturiana hecha con mijo y algunas fabas grandes, también le echan a veces plátano verde y muchas otras cosas, y se puede hacer con pescado y marisco en vez de con carne, yo la probé por primera vez en casa de un amigo mío que trabaja como cocinero en un hotel, y realmente estaba exquisita, en esta foto estamos reunidos unos cuantos en su casa, él es el primero por la derecha:

kdd en Espargos, isla de Sal, Cabo Verde

Como las familias son muy numerosas la gente en general se reune en grandes grupos, y eso cuando vives en un barco fondeado lleva a tener que hacer músculo trayendo y llevando invitados:

kyon trabajando de aluguer, isla de Sal, Cabo Verde

Luego el barco se queda un poco pequeño, aquí estábamos 6 en el salón y no se aguantaba de calor, estábamos tan apretados que yo casi no salgo en la foto (no se podía poner la cámara más alejada):

Juan y compañía en xebec

Afortunadamente siempre cabe el recurso de salir afuera y darse un chapuzón, en esta ocasión la mayoría de los invitados optaron por ello y Xebec se convirtió por una tarde en una especie de parque acuático, con Kyon empleándose a fondo para entretener a los invitados XD,

visitas en xebec

Los amigos de estas fotos me regalaron un bonito mapa de Cabo Verde grabado en una rama de acacia, un árbol muy típico de esta isla (casi el único que crece aquí), me hizo mucha ilusión y lo puse en el mamparo principal de adorno:

Recuerdo de Cabo Verde

Por detrás me lo dedicaron para que me acuerde de sus nombres (soy horriblemente malo recordando los nombres de la gente):

Dedicatorias de los amigos de Sal

Hay mucho, muy bueno y muy barato pescado, las aguas de Cabo Verde están repletas de pesca, todos los días veo como sacan atunes y peces espada de varias decenas de kilos, también infinidad de xardas y muchos otros peces de todos los tamaños y colores, es una pena que yo no tenga tiempo para pescar, porque probablemente incluso desde el barco fondeado podría sacar todos los días algún pececito sin gran esfuerzo... pero todo no se puede, al menos no al mismo tiempo!

Después también hay mucha fruta, la única con precios razonables son los plátanos y los mangos, que se cultivan en Cabo Verde y están muy ricos, después hay fruta importada con unos precios surrealistas, un kilo de manzanas chiquitinas de esas que en España están a 0.69 euros/kilo aquí andan entre 3 y 4 euros el kilo, y de los cítricos mejor olvidarse, son todavía más caros que las manzanas y como vienen de andar por cámaras apenas duran 2 días a temperatura ambiente...

Y gusta mucho el dulce, hacen cuscus dulce con azucar y canela, y también un dulce de leche que es parecido al turrón blando pero mucho más dulce, también hacen tartas muy ricas, pero eso ya sube mucho de precio y se reserva para los cumpleaños y ocasiones especiales.

Ironicamente gracias a tener una alimentación sencilla y no poder estar todo el día gastando dinero en caprichos la gente en general tiene muy buena salud, y unos dientes perfectos y de un blanco reluciente que son la pesadilla de cualquier dentista español.

Aquí suelen morir antes los padres que los hijos, y enfermedades como el cáncer, el asma, las alergias, trastornos mentales, infartos, trombosis... son practicamente desconocidas; según me cuentan el mayor problema de salud es el sida, poca cosa teniendo en cuenta que es algo que en teoría es fácil evitar si se toman una serie de medidas sencillas que además son muy recomendables incluso si el sida no existiese.

Tampoco es un paraiso, en el pasado hubo temporadas en que hubo un problema de seguridad importante (que ahora mismo parece estar solucionado gracias a una mayor presencia policial en la calle), el trabajo escasea y los salarios son demasiado bajos, un sueldo normal anda alrededor de los 200 euros/mes, trabajos mal pagados como dependiente de tienda de chinos no llegan a 100 euros/mes, y trabajos de cierta responsabilidad pueden andar alrededor de 400 euros/mes.

En Cabo Verde no hay salario mínimo, y los derechos laborales son más bien escasos, la vida aquí no es fácil para la mayoría de personas, pero aún así da la impresión de que mucha gente es feliz, son raras las personas con más de veintipocos años que no tienen al menos un hijo, generalmente más de uno, los abuelos de un amigo mío tienen nada menos que 80 nietos... y la gente tiene tantos primos que casi nadie sabe decirte el número exacto! XD

Los niños realmente dan mucha alegría, aquí por el barco ya pasaron un montón de ellos, salvo raras excepciones están todos muy bien cuidados y alimentados, y son muy limpios y educados; aquí sigue habiendo familias de verdad en el buen sentido de la palabra, y toda esa historia del individualismo estúpido y el rollo-rancio-hipócrita de las familias bien-pensantes parece que, o no ha llegado, o si llegó tuvo poco éxito.

Entonces para mí es como descubrir un mundo nuevo, y a pesar de llevar un mes y medio fondeado en el mismo sitio tengo la sensación de que cada día que pasa me alejo un poco más del primer mundo, claramente para mí el cambio ha sido muy positivo, e intuyo que según vaya conociendo otros lugares todavía lo será más.

No tengo mucho tiempo para escribir, con atender el consultorio, mantener el barco y cultivar las relaciones humanas los días pasan volando, me levanto todas las mañanas entre las 5 y las 6 de la mañana y no paro un momento hasta que me acuesto, no hay un día que no tenga una visita agradable en el barco o que no haga algo interesante en tierra con otras personas.

La gente muchas veces me ha preguntado si no me siento sólo navegando en solitario, y lo cierto es que no mucho mientras navego, pero si que me he sentido solo muchas veces estando en puerto rodeado de otras personas, y aquí esa sensación es totalmente desconocida, basta poner un pie en tierra para estar bien acompañado y tener conversaciones interesantes.

Volviendo a la isla de la Sal, también tuve tiempo para hacer alguna excursión, la isla no tiene el encanto de Madeira, pero aún así los días que está nublado es muy agradable pasear, hay bastantes rincones interesantes y agradables que merece la pena conocer.

En esta foto iba de excursión con la mochicla a cuestas, al fondo se ve la bahía de Palmeira, es enorme, da para fondear tranquilamente un centenar de yates.

camino de fontona

Y otra cosa maravillosa de esta isla es lo bien que funciona el transporte, hay furgonetas con muchos asientos que comunican regularmente las poblaciones más importantes de la isla, muchas de ellas están hasta tuneadas con todo detalle como esta:

Aluguer tuneado en Cabo Verde

Cada furgoneta (aluguer) pertenece a un particular que se gana la vida con ello, aquí las cosas funcionan así, no hay grandes empresas, sino pequeños negocios familiares, detrás de cada pequeño gasto que haces casi siempre hay una familia que se gana la vida honestamente con ello, ya sea vendiendo fruta, pescado, ropa, transportando gente...

Y cuando el aluguer tarda en llegar no hay más que hacer autostop, es increible lo bien que funciona aquí, ¡todo el mundo para!, casi siempre al primer o segundo coche que llega, que diferencia con Europa, donde puedes estar horas haciendo autostop y no para ni Dios, ni siquiera a las chicas jóvenes y guapas...

En general el paisaje de la isla es más bien desértico, aunque hay bastantes acacias aquí y allá, está foto está tomada en el norte de la isla, en esta zona se piensa que hay enterrados varios tesoros de los piratas del siglo XVI y XVII, en esa época la isla estaba deshabitada y era frecuentada por piratas, contrabandistas y otra gente de la misma onda, el desierto salense ofrecía un buen sitio donde esconder los tesoros porque por ahí no pasaba nadie y las 4 o 5 montañas que hay eran la forma perfecta de identificar el punto exacto del tesoro mediante una serie de marcaciones con la brújula.

el desierto salense

Y aunque parece que no crece nada hay vegetación, e incluso cabras y vacas que se alimentan de ella y dan leche y carne a sus dueños.

Una plante que abunda mucho es el melón silvestre:

melón silvestre Cabo Verdiano

Es extremadamente amargo, vamos, no tiene valor comercial, lo cual es una pena porque tiene mucha agua.

En esta otra foto se puede ver una planta cargada de melones, crecen especialmente bien en los arcenes de las carreteras, me imagino que se alimentan en parte de la condesación que se crea debajo de estás por la grava de que están hechas.

melones silvestres en Sal

Después la costa tiene muchos recobecos curiosos y bastantes piscinas natuales, también grutas y cuevas que se pueden explorar a nado o buceando, esta foto está tomada en Buracona, que es quizás una de las piscinas naturales más famosas de la isla, tiene una al aire libre y otra cubierta que es enorme:

buracona, sal caboverde

Otro sitio donde estuve fue Fontona, una especie de parque-oasis donde mucha gente va de picnic, tiene también una playa muy acogedora con una roca plana y enorme en el medio que sirve de trampolín.

Letrero de bienvenida a Fontona

Por lo visto es la única zona de la isla donde hay un manantial de agua dulce, de tal forma que ahí hay árboles centenarios, casi todos acacias y palmeras, en la foto no se aprecia pero esos árboles necesitan tranquilamente 3 personas para abarcar su tronco:

Acacia en Fontona

Y esta es la fuente, actualmente casi seca y con agua salobre, por lo visto a alguien se le ocurrió la idea de sacar agua dulce de ahí con una bomba para hacer una especie de jardín botánico, pero la historia salió mal y cuando estaban las obras a medias el acuífero se secó y fue invadido por el agua de Mar.

la fuente de fontona

Aquí se puede ver una parte del jardín malogrado, era bastante triste, también muchas palmeras se secaron, pero al menos las acacias han sobrevivido.

parterre de Fontona

Hay muchas más cosas de las que podría hablar, Espargos (la capital) es también un sitio muy interesante que tuve la suerte de conocer en detalle, y luego está la Costa Este de la isla que no he tenido tiempo de visitar...

Pero bueno, es lo que hay, la vida y los días son demasiado cortos para hacer todo lo que me gustaría ;-)

 

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Nacho, el autor de esta web

Nacho (el autor de esta web)

En otros tiempos informático, desde 2004 vivo de una forma más coherente conmigo mismo, siendo esta web consecuencia directa de ello, la creé para promocionar mi consultorio y acabé hablando de todo tipo de cosas.

Nací en España hace 46 años, y hace mucho que no llevo una vida "normal", primero viví en un barco durante 10 años, luego en una remota aldea azoriana, y desde junio de 2022 estoy en Argentina en busca de nuevos horizontes.

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