Quizás una de las cosas que más destaca del interior de un barco son sus tapicerías, entre tenerlas limpias y nuevas, o viejas y sucias hay una notable diferencia... y cuando se vive a bordo la mayor parte del año estas realmente acusan mucho el uso, tanto a nivel de desgaste como de necesidad de limpieza, de tal forma que más pronto que tarde hay que ir pesando en hacer algo con ellas.
Las de Xebec eran las que hizo el anterior propietario a finales de los años 90, y desde 2008 ya pasaron por la lavadora varias decenas de veces, realmente hacía años que quería haberlas cambiado, pero siempre tenía otras cosas mejores en las que invertir mi tiempo y mi dinero... hasta que al final este pasado mes de mayo (de 2017) me puse manos a la obra y resultó ser mucho más rápido y sencillo de lo que me había imaginado.
Básicamente se trata de comprar una buena tela de tapicería y unas placas de gomaespuma de alta densidad (color azul o verde), con eso y alguna herramienta para coser eficientemente ya se puede poner uno manos a la obra:
El procedimiento que usé yo es bastante simple, primero corté las piezas de gomaespuma a la medida, y luego las envolví en la tela de tapicería, de tal forma que quedase hacia fuera la parte que luego iría hacia dentro, junté bien los extremos de la tela con imperdibles de tal forma que quedase lo más tensa posible, y me puse a coser con esa maquina de coser manual que puede verse en la anterior foto, parece poca cosa pero realmente agiliza mucho el trabajo comparado con usar una simple aguja y dedal.
Aquí es que es muy difícil encontrar quien haga este tipo de trabajos con maquina de coser, ya tuve malas experiencias cuando encargué hacer cosas incluso mucho más simples y al final llegué a la conclusión de que lo más eficiente es hacerlo yo mismo incluso si tiene que ser a mano, supongo que desde muchos sitios donde me lean esto sonará raro... pero es la verdad.
Después, lo que es la gomaespuma se puede cortar fácilmente de muchas maneras, lo difícil es conseguir un corte limpio y recto... yo los mejores resultados los conseguí con un cúter grande y bueno, también con una especie de cuchillo jamonero bien afilado... con la sierra de mano que se ve en la foto también quedó más o menos aceptable:
Obviamente lo ideal es contar con herramientas diseñadas especificamente para este tipo de trabajos, por ejemplo una máquina de coser eléctrica y un cuchillo de corte de gomaespuma también eléctrico, pero si no es posible o conveniente tampoco es muy difícil improvisar otras alternativas como puede verse, de hecho en el almacén donde compré la gomaespuma pude ver que usaban un machete de unos 50 centímetros para cortarla, eso si, con mucha maña y destreza y ayudados por un listón de madera y una mesa de corte bien grande.
Luego en la práctica las pequeñas imperfecciones del corte no se notan porque la gomaespuma va metida a presión dentro de las fundas, y además se suele recubrir por una especie de acolchado blanco fibroso de 1 centímetro de grosor aproximadamente, de tal manera que cada colchoneta queda más redondita y con un tacto más agradable, es decir, un poco blando al principio pero firme cuando se ejerce presión.
La clave para obtener un resultado agradable a la vista y al tacto es que la tela quede en tensión, de tal forma que cuando alguien se siente y se levante no quede arrugada, por ejemplo en la anterior foto puede verse que la colchoneta de la izquierda está lisa y tensa, mientras que la de la derecha está llena de arrugas perpendiculares, esto es porque en la última todavía no había cosido los extremos ni había metido ese relleno blanco del que hablaba antes, nótese también que una está más cuadrada que la otra por el mismo motivo.
Entonces el tema es no quedarse corto a la hora de coser con tensión la tela mientras que esta está provisionalmente envolviendo la gomaespuma, yo simplemente la mantuve sujeta con imperdibles cada 20 centímetros aproximadamente y quedó bastante bien, después en los extremos es donde se termina de tensar la tela, y obviamente en uno de ellos hay que coser una cremallera o unos velcros para que quede bien cerrado y para poder luego sacar las gomaespumas para lavar las tapicerías.
Si el trabajo se hace bien, una de las partes más interesantes es cuando hay que meter la gomaespuma dentro de la funda, lo normal es que le cueste bastante entrar, yo en mi caso suelo amarrar la gomaespuma con unas cinchas para que quede doblada sobre si misma, con forma de salchicha como quien dice, y una vez posicionada dentro de la funda retiro las cinchas y ya es cuestión de ir poniendo la funda en su posición definitiva poco a poco con mucha paciencia.
En esta foto la esquina de la colchoneta que se ve a la izquierda toda arrugada no tenía todavía cosidos los extremos, por eso está así:
Y como se puede ver en la foto es bastante aparatoso hacer este trabajo dentro del barco, porque entre los cachos viejos y nuevos de gomaespuma, los recortes que van sobrando, las herramientas, las telas, y las demás cosas del barco... realmente queda poco sitio para moverse, cocinar, ir al baño... así fue que terminé por irme a un apartamento al mes siguiente de hacer las tapicerías, realmente con los años acabé cansándome de estar a cada poco trabajando en un espacio tan pequeño y de forma relativamente precaria.
Otro truco que a veces es necesario consiste en hacer una pieza de gomaespuma juntando varias piezas más pequeñas, por ejemplo en la anterior foto se puede ver que la colchoneta azul que está encima de otra amarilla tiene un cacho con forma de trapecio rellenando un hueco... eso fue porque no había manera de cortar las dos colchonetas que compré de tal forma que sacase esa pieza entera, y tuve que optar por hacerla con una hendidura y luego rellenarla con otro cacho, después en la práctica no se nota, de hecho queda en un extremo de la litera de proa donde casi nunca se apoya uno.
En total cambiar todas las colchonetas del barco y hacer nuevas las tapicerías del salón, incluyendo respaldos, me llevó 2 ó 3 días enteros, más algún día más yendo de compras aquí y allá, puliendo pequeños detalles... al final si cuento todas las horas puede que fuesen alrededor de 60, y a nivel de dinero, si mal no recuerdo las colchonetas fueron 120€ y las telas 90€, más otros gastos menores en total salió todo por unos 250€; bastante poco comparado con el resultado final, sobre todo a la hora de dormir se notó una diferencia abismal entre las antiguas colchonetas amarillas con bastantes años de uso, y las nuevas de alta densidad y 10 centímetros de grosor...
Mi conclusión es que realmente merece la pena liarse la manta a la cabeza y cambiar las tapicerías y/o las colchonetas del barco si estas no están bien, especialmente cuando se vive a bordo es una de las cosas que más confort dan, y comparado con tantas otras cosas del mantenimiento de un barco su coste en tiempo y dinero es relativamente pequeño.