Después de muchos preparativos, finalmente el 8 de junio de 2011 zarpé del puerto de Viana do Castelo rumbo a la Isla de Porto Santo (en el archipiélago de Madeira), esta fue mi primera travesía oceánica en solitario, ya que hasta entonces lo más que había navegado sin parar eran 2 días y una noche. En esta ocasión tenía por delante nada menos que 630 millas.
La verdad es que fue todo bastante fácil, a veces un poco cansado, a veces un poco incómodo, pero en conjunto nada terrible, me acordé mucho de las palabras de un famoso hombre-yate inglés (Eric Hiscock) que solía decir: "Navegar a vela rara vez es confortable, pero si puede dar muchas satisfacciones", a mi la principal satisfacción que me dio este viaje fue el ver que cogí mucha soltura a la hora de manejar las velas y el barco.
Hasta ahora iba un poco "tieso", algo así como quien acaba de sacarse el carnet de conducir, que aunque hace todo bien todavía le falta cierta soltura; en mi caso era sobre todo falta de soltura a la hora de manejar las velas, que si pon el tangón, que si quítalo, que si pon un rizo, otro rizo... y después de 9 días repitiendo las mismas maniobras un número incontable de veces pues es como que ya las acabas haciendo de una forma automática, casi sin pensar.
Durante esos 9 días grabé muchos vídeos y saqué bastantes fotos, supongo que un poco me aburría! De alguna forma tenía idea de hacer una especie de mini reportaje en la web al llegar... pero claro, al final todo lleva tiempo, y mañana ya hace una semana que llegué a Porto Santo, de tal forma que no puedo permitirme el lujo de dedicar otra semana sólo a hacer un reportaje en profundidad... tengo que limitarme a contarlo todo un poco por encima y esperar que las imágenes y los vídeos suplan un poco todo lo que me gustaría escribir y no puedo por falta de tiempo.
La verdad es que con el tema del tiempo tuve mucha suerte, los primeros siete días hubo casi siempre viento favorable muy suave y agradable, lo justo para avanzar a una media de 4 nudos en total silencio y tranquilidad, esta foto describe bien el estado de la Mar durante la mayor parte del viaje:
De hecho lo peor durante estos días fueron las 3 noches y un día de calma que tuve, no por que el barco no avanzase, sino porque se movía mucho para todos lados y resultaba incómodo.
En este vídeo se puede ver como avanzaba el barco con el viento en popa, creo que fue el cuarto día cuando lo grabé:
Una de las grandes ventajas de navegar con buen tiempo es que se puede cocinar igual que estando en puerto, aquí se me ve haciendo una rica pizza de tomate y queso feta :-)
La verdad es que comí bastante bien, también me hice ensaladilla rusa algún día:
Una cosa fundamental de navegar en solitario (o incluso acompañado) es tener un buen piloto automático, en el siguiente video se ve como navegaba el barco con viento por la aleta de babor y el piloto de viento llevando el rumbo, la verdad es que es increible lo bien que funcionan estos aparatos, casi parece magia:
El caso es que tan importante como tener un buen piloto de viento es el comer bien para estar contento y tener energías de reserva para hacer frente a cualquier posible contingencia, una buena pila de frisuelos para desayunar es algo muy recomendable:
En este otro vídeo vamos Xebec y yo avanzando de ceñida con una ligera brisa, ahí todavía quedaban 430 millas:
Cada 4 ó 6 horas iba apuntando la posición en la carta, el día que más avancé hice unas 120 millas, y el que menos 50, la media estuvo alrededor de 85 millas diarias, en total hice 733, lo que ocurre es que no se hacen en línea recta, sino que es inevitable el tener que desviarse un poco, por eso aunque en línea recta hubiera 633 millas en la práctica hice 100 más.
Una parte muy importante del viaje consistió en esquivar a los barcos que pasaban, casi todos mercantes, lo que hice fue trazar en la carta las líneas que frecuentan, a saber: de Lisboa a Finisterre, de Canarias a Finisterre y de Gibraltar al continente americano; de tal manera que podía variar el rumbo para intentar pasar de día por las zonas con previsiblemente más tráfico.
En la práctica funcionó muy bien, la línea de Lisboa a Finisterre fue con diferencia la que más tráfico tuvo, esa la pasé el primer día al anochecer aunque supusiese no avanzar casi ninguna milla en dirección a Madeira, pero prefería pasarla estando fresco y descansado; hice bien, porque hubo momentos por la noche que estaba todo rodeado de lucecitas como si me encontrase en un parque de atracciones! XDD
Las otras dos líneas tuvieron cada una menos tráfico que la anterior, este barco me llamó la atención por la forma tan rara que tiene, la verdad es que me pareció muy feo XDDD, se llamaba "Polaris Ace", a saber que llevaría dentro.
La verdad es que no tuve ningún problema con los mercantes, más de uno incluso maniobró para que yo no tuviese que alterar mi rumbo, es lo que se supone que tienen que hacer, ya que los barcos que navegan a vela tienen preferencia sobre los que van a motor (excepto los pesqueros), lo que ocurre es que a veces pueden no verte y es mejor dar por hecho siempre que no te han visto ni te van a ver a no ser que demuestren lo contrario.
Este barco que venía del continente Americano fue uno de los que maniobró, cuando estábamos todavía a media milla parecía que ibamos a rumbo de colisión más o menos, y entonces veo que saca una humareda negra y empieza a acelerar, de tal manera que al de poco tiempo ya se vió que le iba a pasar por la popa sin problemas.
Algún otro mercante también alteró el rumbo para pasar cerca de mi, supongo que por curiosidad y porque debe ser un poco aburrido eso de ir en el puente de un mercante.
Este otro vídeo muestra como es la típica calma en medio del océano, la verdad es que mientras no hay demasiadas olas es bastante llevadero, llevaba comida y agua para unos 3 meses, con lo cual no tenía problema de que la calma durase demasiado! XD
Cuando el tiempo era bueno aprovechaba para sacar a tomar el Sol a las dos plantitas de menta que me hacen compañía en el barco, la verdad es que lo pasaron mal durante el viaje, se marchitaron un poco, y hasta que no llegamos a puerto no acabaron de revivir, creo que se debieron de marear! XD
Así es como se ve el Mar durante una calma, en la foto no se aprecia, pero lo normal es que el barco se mueva más de lo deseable debido a las olas que hay:
Cuando no hay viento se suele ir a motor, el problema es que al ir yo solo no puedo ir llevando el timón todo el rato, normalmente se usa un piloto automático eléctrico, que es un cacharro que cuesta 500 euros y está diseñado para romperse lo antes posible de tal modo que tengas que ir corriendo a comprar otro, yo tenía uno, y después de repararlo 3 veces lo dejé por imposible, en total me duró 1200 millas, y el anterior propietario de Xebec le haría también unas cuantas, pero al final decidí intentar pasar sin él, más que nada por ahorrarme el dinero y por que si al final me iba a dejar tirado igual, pues para saber manejarme sin él.
Hay un dicho marinero que dice "si no lo puedes reparar tu mismo, quizás no debería de estar a bordo", en este caso lo sustituí por una madera de Iroko con la misma forma y que encaja en los mismos anclajes del piloto eléctrico, tiene varias posiciones, y si no hay demasiadas olas aguanta el rumbo durante varios minutos, generalmente entre 2 y 5 minutos, en condiciones excepcionalmente favorables (nada de oleaje) puede aguantarlo hasta media hora o más, pero estas condiciones son muy poco habituales.
Aquí otra vez navegando de ceñida, espero que los vídeos no se hagan muy repetitivos!
En este otro vídeo se ve como se percibe el barco cuando se va navegando, por las ventanillas ves pasar el paisaje como si fueras en tren, lo que ocurre es que el paisaje es casi siempre muy repetitivo!
Aquí ya llevaba casi una semana navegando, creo que era el anochecer del sexto día:
Por las noches, según el estado de carga de las baterías ponía las luces eléctricas o las de keroseno, como tuve bastantes calmas sólo usé las lámparas de aceite 2 noches, el resto fuí con las eléctricas, que a parte de tener un poco más de alcance dan mucho menos trabajo que las otras:
Una de las cosas que más me gustaban eran las salidas y las puestas de Sol, en esta foto el Sol se despide por el Oeste:
Y en esta otra se levanta saludando por el Este:
Hablando del Sol, tuve que tener cuidado con él, a veces tenía que ponerme algo de ropa para no quemarme, y cuando ya llevaba navegando cosa de una semana, se me ocurrió sacarme una foto estudiando portugués en la bañera, y al verla me quedé atónito viendo como tenía la cara de cogida por el Sol, y para colmo con las marcas de las gafas de Sol!
Los últimos 2 días fueron algo más movidos, en este vídeo igual se aprecia un poco que el barco ya se movía más, era el día antes de llegar a Porto Santo:
Escuchaba todos los días el parte meteorológico para estar preparado para lo que pudiese venir y decidir si cambiar el rumbo más al Este o al Oeste, el único que se transmite por la onda corta para esta zona del Atlántico es el de Meteo France que yo sepa, fue bastante acertado todos los días, y el único inconveniente es que lo dan sólo en francés.
Yo lo que hacía era grabarlo con el móvil para luego poder volver a escucharlo y anotar en un mapa como el de la foto lo que daban para cada zona, donde estaban las altas y bajas presiones, su posible evolución...
Después de subir el viento de fuerza y aumentar algo las olas (no tanto en tamaño como en confusión, con la consiguiente incomodidad), para acompañar empezó a llover, en este vídeo se aprecía como se veía el panorama desde dentro del barco:
Los últimos dos días se me llenó la cubierta de pequeños calamares como este, me imagino que atravesaría un banco de ellos, y al pasar las olas por encima del barco de vez en cuando alguno quedaba ahí pegado, una pena el no haber tenido ganas de pescar, porque seguro que hubieran sido un cebo muy eficaz...
Y aquí ya el noveno y último día, con la mayor rizada y a motor para avanzar más rápido, porque la noche anterior se me rasgó un poco el Génova y no quería sacarlo hasta que no estuviera en puerto (por si acaso se me rasgaba más):
Bueno, y por fin, después de 9 días y más de 700 millas pude decir aquello de "Tierra a la vista!" XDD, así se ve la Isla de Porto Santo cuando uno se acerca desde el Nordeste:
Me hizo mucha ilusión el ver tierra firme, realmente ya tenía ganas de llegar! XD
Y aquí está Xebec amarrado en el puerto de Porto Santo habiendo cumplido su misión, la verdad es que el barco se portó muy bien en todo momento, tanto con vientos suaves como con vientos fuertes hizo su trabajo muy eficientemente :-)