Después de 30 días navegando en solitario desde la Isla Brava de Cabo Verde, por fin el 19 de mayo de 2013 al aterdecer vislumbré en el horizonte el Faro de Lajes das Flores, visto desde el Mar parecía un faro enorme al lado de un pueblecito diminuto con unas pocas luces dispersas, poco podía imaginarme entonces que aquel sería mi nuevo hogar en tierra firme durante más de dos años...
La verdad es que llegué a la isla de las Flores por pura casualidad, a principios de 2013 yo estaba en la Isla Brava desojando la margarita de si ir a Brasil, al Caribe o a Guinea-Bissau, y si alguien me hubiera dicho que tan sólo 3 meses después estaría poniendo rumbo Norte hacia Azores... me hubiera parecido un disparate.
Pero así es la vida, las cosas a veces toman la dirección contraria de la que uno se imagina, "Las personas hacen planes y a Dios le da la risa" ya lo dice el dicho.
El caso es que al final tuve suerte y la isla de las Flores resultó ser un sitio bueno y bonito, tanto que decidí quedarme a pasar el invierno ahí (escribí esto en diciembre de 2013).
Para dar una idea de como es esto, yo vivo en el centro del segundo pueblo más grande (800 habitantes) de la isla, y al otro lado de la calle donde vivo tengo esta bonita ribeira con piscina natural incluida:
La isla de las Flores es, en pocas palabras, un sitio donde hay poca gente y muchas cosas buenas, a mediados del siglo XX la poblacion era de unos 10.000 habitantes, y hoy apenas supera los 3.500; la principal queja de quienes tienen trabajo es que llueve mucho y a veces puede uno aburrirse... quienes no tienen trabajo realmente tienen un problema grande.
Alguien hace mucho tiempo llamó a esta isla "el Bosque Dormido", y es cierto que paseando por sus montes y sus caminos da esa sensación, incluso por las carreteras apenas pasan coches, y el silencio y la tranquilidad lo inunda todo, hay muchas vaquitas, muchos conejos salvajes, muchos pájaros... no se puede decir que sea una "naturaleza virgen" (la mayoría del terreno son prados para el ganado), pero si que la naturaleza tiene su espacio propio y no se ve acosada y enjaulada como en tantos otros sitios, aquí sólo hay núcleos habitados en la costa, y todos muy pequeños, en la práctica en la mayor parte de la isla manda la Naturaleza, no las personas.
Los domingos si no llueve suelo ir de excursión, y fuera de los meses de verano lo más normal es no encontrarte con nadie por los caminos, si al llegar a cualquiera de las muchas piscinas naturales que hay en la isla te das cuenta de que se te olvidó el bañador... no importa, lo más probable es que no haya nadie para preguntarle si puedes bañarte sin ropa.
Este vídeo es de un lugar llamado Ribeira Funda, basicamente un arroyo de montaña que atraviesa un desfiladero muy profundo e inaccesible hasta que llega a una playa diminuta donde forma una cascada y una piscina natural bastante más grande de lo que parece:
Lo bueno de esta isla es que hay sitios muy bonitos nada concurridos a muy poca distancia de donde puedas estar, lo malo es que los caminos para llegar ahí a menudo son casi inexistentes o incluso peligrosos (precisamente porque va muy poca gente a esos sitios).
Luego el ritmo de la vida es muy tranquilo y apacible, cada 15 días llega el barco que trae los suministros (suponiendo que el estado de la Mar lo permita), y entonces hay que aprovechar para ir de compras, porque muchas cosas se venden en seguida... pero bueno, te acostumbras a ello, yo la verdad que viniendo de Cabo Verde me pareció un sitio con una increible variedad de comida y lleno de tiendas que venden de todo ^_^