Finalmente después de 3 semanas y 1 día Xebec y yo volvimos al agua, él con un timón nuevo, la panza recien pintada y todo puesto a punto, y yo con muchas ganas de zarpar rumbo a nuevos horizontes... no puedo evitar que el trabajar en el barco me de ganas de viajar, supongo que en parte es puro instinto práctico, hay que amortizar el trabajo y los gastos!
La lista de tareas de mantenimiento que se hacen durante una varada anual puede ser interminable, en mi caso este año incluyo enderezar el piloto de viento con un soplete (gracias a un vecino de pantalán que atraca de oido), dar unos cuantos puntos de soldadura aquí y allá, el timon nuevo, los anclajes de un ánodo de zinc... y también echar a lavar todas las tapicerías y cortinas del barco, que es algo que hago todos los años aprovechando la varada anual.
En este caso aproveché que en la residencia universitaria de Funchal tienen una flamante lavandería industrial a disposición de los inquilinos para hacer el trabajo, aquí se puede ver el vehículo auxiliar terrestre de Xebec (más conocido como 'el carrito') en esta misión especial:
Realmente es increible lo útil que es un buen carrito cuando se vive en un barco, yo no podría pasar sin él, lo uso para todo, desde cargar gasoil, agua, ir al supermercado, de ferreterías, pequeñas mudanzas como en el caso de esta varada...
Sorprendentemente los navegantes del Norte de Europa no suelen tener carritos así, a mi no deja de llamarme la atención ver llegar a un barco de más de medio millón de euros, recien salido del astillero, y ver a sus dos propietarios (generalmente una pareja de jubilados) volver del supermercados cargados con 4 bolsas cada uno y resoplando como si fuesen bestias de carga... a lo mejor lo hacen así a proposito para hacer deporte, quien sabe :-P
El mío es de aluminio y acero inoxidable, tiene nada menos que 6 ruedas y se pliega quedando en el tamaño de un maletín, de tal forma que entra en un cofre de la bañera junto con 100 litros de gasoil, un montón de cabos y otros trastos diversos, tiene doble forro para poder mantenerlo limpio facilmente, y es hasta bonito! (fue un regalo de cumpleaños que me hizo mi madre al de poco de empezar a vivir en el barco)
Volviendo a la lavandería, también aproveché para lavar ropa, aquí puede verse la faena a medio hacer:
En cuanto a la varada, lo que más tiempo llevó con diferencia fue hacer el timón, y eso que tuve suerte y no di con ningún obstáculo difícil de resolver, a pocos metros del varadero da la feliz casualidad que está el principal almacén de maderas de Madeira, y en tan sólo un par de horas logré encontrar la madera con el corte y el tamaño adecuado, un buen tablón de Tola de Gabón de 3 metros por 40 centímetros y por 8 de grosor.
En esta foto puede verse el timón ya casi hecho, el anclaje de acero inoxidable que se ve también lo hice yo, con una chapa que tenía en el barco para estas situaciones y un tornillo de acero inoxidable de 18 mm que milagrosamente conseguí encontrar en Madeira:
La verdad es que me gusta mucho más trabajar la madera o incluso el acero que la fibra de vidrio, si alguna vez me decido a cambiar de barco lo más probable es que me haga yo mismo uno nuevo, a ser posible de madera de la buena, y si no de acero bien duro y pesado, pienso que no es tan difícil como puede parecer, simplemente es cuestión de tener el tiempo y el dinero necesario para ello (un par de años y unos 100000 euros, eso calculo yo).
Aquí puede verse ya el barco preparado para volver al agua, con el timón viejo en el suelo, casi me dió pena deshacerme de él , después de tantos años y tantas millas... pero realmente había llegado al final de su vida útil, dentro estaba todo podrido (era madera recubierta de fibra de vidrio), y el anclaje de abajo (el que tuve que hacer nuevo) estaba todalmente corroido, tanto la parte del timón como la del casco.
Este año tocó pintura color chocolate que es la única que se vende aquí a un precio razonable (la pintura para yates cuesta el doble que en España), a ver que tal resultado da, desde luego en la tienda me la agitaron a base de bien, me explicaron que esto es fundamental, incluso más importante que el tipo de pintura, porque por mucho que se remueva con un palo no llega a homogeneizarse completamente el veneno que lleva para evitar que crezcan algas.
Pero bueno, no todo fue trabajar! también hubo momentos para esparcir y para las relaciones humanas ^___^, aunque eso es otra historia para contar en otro momento ;-)
Yo intenté por lo menos descansar un día a la semana, a veces dos, aquí por ejemplo estoy en el Jardín Botánico de Madeira, uno de los pocos sitios que me quedaban por visitar de la isla, de alguna forma todo va apuntando a que se acerca el momento de partir, ya conocí Madeira todo lo bien que podía conocerla, el barco está listo y preparado, la época del año es propicia, las circunstancias apuntan a ello...
Salgo serio en la foto, pero es simplemente por la concentración al sacarme yo mismo la foto e intentar que salga tanto mi cara como el jardín que hay detrás!
Y en esta otra foto está ya Xebec preparado para que le echen al agua, no fue una botadura simple, porque había 3 veleros para ir al agua a la vez, pero sólo 2 horas de marea para ello, de tal forma que hubo que cordinarse bastante bien, pero bueno, al final todo salió bien y no hubo desgracias que lamentar (los varaderos son sitios muy peligrosos, tanto para los barcos como para las personas).
Ahora ya lo que quedan son un conjunto de pequeñas cosas para hacer o preparar dentro del barco o sobre su cubierta, pero lo más gordo ya está hecho, y esto realmente es un alivio, el pensar que hasta dentro de un año no hay que volver a hacer toda la parafernalia de varar el barco, pintarlo...
Quien sabe donde será la próxima varada, desde que compré el barco hace más de 4 años nunca he sacado el barco del agua dos veces en el mismo sitio; con un poco de suerte si sólo tengo que pintarlo y no hay ninguna reparación más que hacer a lo mejor puedo vararlo con la marea y prescindir del stress de las gruas, el tiempo lo dirá ^_^