Ya casi hace un mes que llegué a la isla de las Flores, hay que ver que rápido pasa el tiempo... y el caso es que entre atender consultas, conocer la isla, socializar, y hacer el mantenimiento del barco, cada vez tengo menos ganas de volver a pasar unas cuantas semanas navegando en solitario, supongo que los 30 días que pasé para llegar hasta aquí ya agotaron el cupo, al menos para este año.
Así pues, lo más probable es que deje el barco en Azores y vaya a Berlín en avión, que es mucho más rápido y cómodo, podría poner muchas razones para ello: que es más seguro, que hay mucho tráfico de mercantes al acercarse más a Europa, que va a estar demasiado frío... pero bueno, lo cierto es que sencillamente no me apetece volver a navegar.
Por lo demás, estas últimas semanas tuve oportunidad de conocer un poco la isla de Las Flores, y la conclusión es que es un sitio especialmente bueno y recomendable, con unos paisajes espectaculares:
Tuve mucha suerte (como siempre), y al de pocos días de llegar ya hice algunos buenos amigos, me llevaron de paseo por la isla en su coche, me invitaron a todas las fiestas habidas y por haber, y a comer en su casa innumerables veces... realmente la gente aquí es especialmente hospitalaria, creo que desde que salí de Inglaterra no había encontrado gente tan cálida y abierta.
Hay un proverbio marinero que dice: Cuanto más frío el lugar, más cálida la bienvenida; a mi siempre me pareció una bobada, pero con los años estoy empezando a pensar que algo de razón tiene.
No saqué muchas fotos, porque es que casi siempre me olvido la cámara en el barco, soy un poco desastre para esas cosas... siempre estoy con la cabeza en otro lado, y de alguna manera tengo la costumbre de guardar los recuerdos en la cabeza y en el corazón... las tarjetas digitales y demás cacharrería electrónica cada vez se me hacen más pesados y tediosos, pienso que igual es por haber trabajado tanto tiempo en la industria informática, que he desarrollado una especie de alergia XD.
A parte de paisajes bonitos y gente muy hospitalaria y amable, me sorprendió mucho que en esta isla la crisis económica no parece haber llegado, está todo muy limpio y bien cuidado, la mayoría de las casas en buen estado, con el tejado nuevo y las paredes recién pintadas, se ven muchos coches nuevos y caros, y de hecho para tener sólo 3700 habitantes hay mucho tráfico de vehículos.
Luego hay detalles que hablan por si mismos, por ejemplo, en los supermercados se ve a la gente hacer compras de 100 euros como algo normal, la isla está llena de baños públicos todos limpios y que ni siquiera se cierran por la noche porque el vandalismo y los robos son prácticamente inexistentes, todo el mundo deja los coches y las casas abiertas sin preocuparse de posibles robos, está todo lleno de parques y jardines excelentemente mantenidos por un ejército de jardineros municipales... vamos, lo que se dice que se ve que hay dinero.
La explicación a este aparente milagro florentino tiene que ver según me cuentan con las subvenciones de la Unión Europea a la ganadería, la economía de la isla se basa en la cría de ganado para carne, principalmente vaquitas felices y bien alimentadas, así pues cada familia que tiene un terreno y unas vacas tiene unos ingresos asegurados al cabo del año, y como la mayoría no tienen que pagar hipoteca porque están aquí desde hace muchas generaciones, pues tienen dinero para al menos vivir bien y hacer que se mueva la economía de la isla, con eso, algo de turismo y el sector servicios da la impresión de que la mayoría de la gente vive bien aquí.
Al menos esa es la percepción que yo tengo, luego también es cierto que ha habido bastante emigración en los últimos años (quizás los que no tenían tierras para tener vacas), y según me cuentan para vivir todo el año el sitio se te puede hacer algo aburrido, a parte de que el invierno es largo y duro...
Aún así, me han explicado que tienen un refrán que dice: búscame un santo que yo monto la fiesta, y al menos durante el verano lo aplican sistemáticamente, luego en el invierno deben de guardar los santos bien abrigados para que no cojan frío XD
Después en lo que es el puerto hay mucho movimiento estas semanas, es la temporada de cruzar el Atlántico desde el Caribe hasta Europa, y cada día llegan y se van varios yates, a veces llega a saturarse y tienen que amarrar los barcos en doble y hasta triple fila (el mío no, porque pillé el sitio bueno nada más llegar).
La isla de las Flores es la primera tierra firme a la que se llega desde el continente americano, de tal forma que aquí el iatismo (como lo llaman en portugués) es algo familiar y conocido, y ya hay establecida una clasificación de los diversos tipos de iatistas que existen: desenrascados, chatiados, aborrecidos, hippies, zangados, los que no se lavan, los que se lavan desnudos en cubierta, los que están siempre o dormidos o borrachos, los de la sonrisa permanente, los que no devuelven el saludo...
Lo cierto es que me sorprendió la buena actitud de toda la gente de la isla hacia los iatistas y el iatismo en general, mi experiencia es que en los sitios con tanta afluencia de iatistas se crea una especie de mal rollo, y en cambio aquí esa situación no la he visto, pienso que es porque la gente en general tiene muy buen carácter y son especialmente tolerantes, pacientes y comprensivos; puede que también porque el puerto deportivo tenga sólo 2 años de antigüedad y la temporada de llegada de iatistas dura sólo 2 meses al año... supongo que para quien vive aquí, con pocos entretenimientos y sin cine, es un poco como si llega el circo.
Yo entre tanto me dedico cuando tengo tiempo a las típicas cosas del mantenimiento rutinario, como por ejemplo limpiar bien el bote auxiliar con agua y jabón para guardarlo durante todo el invierno:
Y entre eso, las consultas, socializar, estudiar alemán y preparar el viaje a Berlín, pues se van pasando los días casi sin darme cuenta, a lo bueno se acostumbra uno pronto ;-)