Aquí ya llegó el invierno, y entre atender el consultorio, arreglar el barco y buscar novia, el tiempo va pasando sin prisa ni pausa, estos últimos días estuve rehaciendo la escotilla del tambucho, se había desencolado por varias partes, y al final lo que parecía un trabajo de un par de horas se convirtió en una operación de restauración en toda regla, teniendo que desmontarla pieza por pieza y volverla a montar con mucha paciencia (y mucho pegamento, acero inoxidable, latón, aluminio...), aquí estoy ya dándole los últimos toques:
Tuve suerte, porque durante 3 días seguidos no llovió nada y pude terminarla y darle las primeras capas de barniz antes de que pasase la siguiente borrasca; aquí ahora prácticamente la mitad de los días hay demasiado viento, lluvia y humedad para trabajar en el barco, con lo cual entre los días de mal tiempo y los días que tengo consultas es difícil encontrar un momento para dedicar al bricolaje... pero bueno, tampoco tengo prisa por hacer las cosas.
Es increíble el trabajo que da un barco (para tenerlo bien), la historia esta del tambucho fue básicamente consecuencia de la humedad, ya se había despegado una vez llendo para Cabo Verde, y otra volviendo para Azores, con el uso inevitablemente se había agrietado un poco el barniz en las juntas de la madera... con lo cual después de 3 semanas de mucha humedad y lluvia el barniz empezó a soltarse debido a que la madera estaba constantemente empapada de agua por dentro... la parte buena fue que resultó muy fácil quitar el barniz viejo, se pelaba en cachos grandes como una mandarina:
Y aquí ya tengo el tambucho recompuesto y reforzado, en la foto quizás no se note, pero por debajo lo reforcé con unos listones de aluminio anodizado, y en las esquinas de popa con unas escuadras de latón:
En esta otra foto ya está colocado en su sitio con un par de capas de barniz (en total lleva 7):
Hubo un momento, cuando tuve todas las maderas separadas cada una por un lado, negras de la humedad y repletas de tornillos rotos y pegamento viejo agrietado, que pensé: "imposible, es mejor hacer una escotilla nueva que intentar recomponer estas maderas viejas y medio podridas", y el caso es que ahora que ya lo tengo instalado y le faltan sólo las últimas manos de barniz ha quedado casi como nuevo, se ve alguna que otra línea de pegamento aquí y allá, y los inevitables parches con masilla para madera... pero vamos, queda bien, son de alguna forma las cicatrices inevitable de un barco aventurero que se acerca al medio siglo de existencia ^_^.
Por otro lado, el barco se estaba convirtiendo en una especie de cajón de-sastre todo lleno de herramientas y materiales diversos desperdigados aleatoriamente:
Es lo que tiene el llevar ya 4 meses viviendo en un apartamento, que el mantener el barco ordenado y limpio ya no es tan importante como cuando vives en él... pero vamos, ahora ya está bien, después de colocar la escotilla del tambucho en su sitio me dediqué a hacer limpieza general, lo que ocurre es que casi nunca llevo la cámara de fotos encima... los aparatos electrónicos cada vez me pesan más en la mochila, creo que me estoy volviendo cada vez más analógico y menos digital...