Como ya saben quienes siguen este blog desde hace tiempo, llevo años dándole vueltas a la idea de cambiar de vida una vez más, concretamente fue en la isla de Santiago donde llegué a la conclusión de que el mundo actual es más uniforme de lo que pensaba, y muchos de los problemas y contradicciones humanas son las mismas en todos sitios; con lo cual andar en un barco de aquí para allá "buscando tu sitio" puede no ser una idea tan inteligente como pensé allá por 2002, cuando tenía 23 años y una visión demasiado simple de la vida: "si esto no me gusta, me voy a otro sitio, y ahí (con un poco de suerte) todo será mejor, y si no lo es, me voy al siguiente sitio".
El problema es que en las últimas décadas el mundo se ha hecho más pequeño debido a todos los avances técnicos que ha habido, de tal forma que si hace 100 años lugares como España, Nigeria, Uruguay o Japón eran mundos totalmente diferentes, hoy en día la mayor parte de personas de esos países tienen en la cabeza cosas mucho más parecidas que en el pasado: el facebook, el fútbol, el móvil, el coche de alta gama, los mismos canales de televisión, las mismas páginas web, casi la misma música y películas... y también unos esquemas de valores cada vez más parecidos.
Así es que cuando una buena amiga mía se mudó recientemente a Suiza y comenzó a hablarme de como son las cosas ahí, decidí ir a darme un paseo por Zurich para valorar la situación sobre el terreno y ver si podría haber ahí algo para mí.
Esta foto es en la calle de la estación central de Zurich, famosa por ser la más cara de Suiza y de gran parte del extranjero:
Básicamente la idea que me ronda la cabeza es mudarme para allá sin barco, no tanto por la posibilidad real de mejorar a nivel económico, sino por el hecho menos evidente de que es un sitio donde, según mis cálculos, tendría que ser mucho más fácil encontrar personas bien informadas con quienes tener conversaciones inteligentes e interesantes.
Y en efecto los hechos así lo demostraron, ya en el avión de ida coincidió que fui charlando con un angolano que llevaba la mayor parte de su vida viajando entre Suiza, Portugal y Angola, resultaba obvio que estaba mucho mejor informado sobre la realidad presente y pasada de su país que la mayoría de sus compatriotas que no tuvieron la suerte de viajar tanto y tener una educación como la suya.
De esa forma y sin buscarlo, en poco más de 3 días di con una científica del área de biotecnología, una caboverdiana muy bien informada, una experta en marketing online, y varias portuguesas mucho más conscientes de la realidad de Portugal y Suiza que la mayoría de sus compatriotas con los típicos sueldos portugueses que dejan poco margen para todo lo que no sea estricta supervivencia.
El mecanismo es simple, en Suiza el salario mínimo es de más de 3000€/mes para trabajadores no cualificados, y de más de 6000 para técnicos cualificados, entonces eso lleva a que muchas de las personas más inteligentes, serias, preparadas y con más iniciativa de todo el mundo acaben por instalarse en Suiza por la simple razón de que ahí obtienen una recompensa material mucho mayor por su trabajo que en sus países de origen, de tal forma que Suiza gana un capital humano de incalculable valor año tras año mientras que los países con problemas lo pierden a un ritmo similar.
En lo que a mí se refiere el plan también es simple: dejar el barco para volver a trabajar en España como administrador de Unix por 1000€/mes, no interesa, pero en Suiza por 6000€/mes y pudiendo compaginarlo con mis consultas hasta abrir un consultorio de cara al público en Zurich, eso tal vez sí que interesa, especialmente si por el camino voy conociendo a personas interesantes, inteligentes y bien informadas con quienes tener buenas conversaciones.
Como quiera que sea es sólo una idea, lo estuve investigando en profundidad y es cierto que los técnicos de sistemas como yo ganan 6000€/mes o más, pero también es verdad que muchos hablan alemán y no se han pasado los últimos 12 años atendiendo consultas de tarot en un barco de 8 metros, por mucho que yo haya seguido todo este tiempo trabajando con Linux en modo texto día tras día, no es lo mismo que haber trabajado en una multinacional todo ese tiempo.
Al margen de la posible mudanza por intereses materiales, lo cierto es que también tenía curiosidad por ver como es Suiza, a ver si teniendo la gente buenos sueldos se les ve mucho más felices que en sitios como Portugal, donde la noticia triunfante que adorna estos días las portadas de los periódicos es que el salario mínimo sube a partir del 1 de enero de 2017: de 530€/mes a 557€/mes.
Y así pues, en cuanto tuve unos días libres en diciembre fui a Zurich a visitar a mi amiga y de paso valorar la situación sobre el terreno, fueron sólo 4 días escasos, pero bien aprovechados, en muy buena compañía, y con buen tiempo, que en Suiza en esta época del año quiere decir que no hay nieve ni hielo en las calles y las temperaturas oscilan alrededor de cero grados (ni frío ni calor).
Es decir, que hay que abrigarse hasta las orejas para andar por la calle:
Después, a parte de los sueldos decentes, Suiza tiene muchas otras cosas interesantes, una que me llama mucho la atención es que lleva más de dos siglos (desde 1815) sin involucrarse en ninguna guerra, cosa de la que casi ningún país relevante puede presumir, hay quien dice que es porque son pacifistas, y otros que es porque fueron lo bastante listos para conseguir que las grandes fortunas de quienes hacen las guerras estén bien guardadas en sus bancos... así gane quien gane, ellos siempre ganan, y como es bien sabido, todo el mundo quiere ser amigo de los ganadores.
Fruto de todos esos años de paz es, entre muchas otras cosas, un ejército de ONGs y organismos internacionales en pro del bienestar de la humanidad, sólo la interminable lista de ONGs con sede en Ginebra ya da una idea de la magnitud del negocio de la paz y su influencia directa e indirecta en el PIB, así como del papel importante pero discreto de Suiza en el mundo.
Otra cosa que yo no sabía y que me sorprendió al empezar a buscar trabajo en Suiza es que es uno de los sitios más punteros del mundo a nivel de Investigación y Desarrollo, desde IBM a Google pasando por todas las farmacéuticas habidas y por haber, no hay multinacional que se precie que no tenga un grande y bonito centro de investigación en Suiza, lleno de mentes privilegiadas y bien pagadas creando las nuevas tecnologías que cambiarán nuestras vidas en los próximos años.
A todo eso hay que sumar una larga lista de bancos suizos más amigos de los extranjeros ricos que de los propios suizos, otra lista similar de aseguradoras, multinacionales como Nestlé, universidades de gran prestigio como la ETH, una de las redes de transporte público más eficientes del mundo, el reloj de cuco, chocolates con la autoestima por las nubes, y Heidi la niña de los Alpes... hija de japoneses naturalizada en Suiza.
Casi nada, y todavía en la cripta de la iglesia más famosa de Zurich fui a encontrarme nada menos que con una estatua de Carlomagno, lo cual no dejó de llamarme la atención ya que probablemente sea uno de los líderes menos pacifistas de la historia de Europa:
Así es que la primera impresión de Suiza fue de un sitio pulcro y limpio donde las cosas funcionan bien, combinando una rica historia pasada con un exitoso presente donde casi se puede ver el dinero circulando por las calles como si de un río invisible se tratase.
Esto último da sorpresas con bastante frecuencia a los que acabamos de aterrizar, ya que si bien los salarios son altos en Suiza, el dinero ahí se gasta con sorprendente facilidad, por ejemplo, algo tan simple como tener ganas de ir al baño y entrar a una estación de tren para evitar gastar tiempo y/o dinero en una cafetería te depara con una sorpresa de este tipo:
Resulta que ir al baño cuesta nada menos que 2€ (1.50€ si eres hombre y sólo quieres orinar de pie), si además quieres ponerte guapo/a en el espejo son otros 2€, y si quieres tomar una ducha eso ya sale por 12€ más, y otros 2€ si quieres cambiar los pañales a un niño.
Si a raíz de ello te decantas por la opción de la cafetería, resulta que un café cuesta 5€ o más, si además quieres acompañarlo con un cachito de bizcocho de 3x3cm, eso son otros 4€ más... y así todo un suma y sigue, con lo cual una de las realidades poco visibles de Suiza es que mucha gente se queda en su casa todo el día para no pasar frío y evitar gastar dinero.
Después por otro lado a nivel cultural no me pareció que hubiese nada que no se pudiera encontrar en cualquier otra capital europea, en la Ópera y el Teatro de Zurich básicamente hay los mismos espectáculos que puede haber en cualquier otra gran ciudad europea pero con unos precios mucho mayores; y ya a un nivel más popular se me ocurrió visitar las principales tiendas de comics, y no llegaban ni siquiera al nivel de las de Barcelona, eso sí con los precios multiplicados por 3 o más, en una de ellas pregunté si tenían los comics de Yohko la cazadora de demonios, y ni sabían de lo que les hablaba!
En otras dos tiendas de comics pregunté si había algún karaoke para ir a cantar canciones japonesas el fin de semana, y me dijeron que no sabían si habría algún karaoke en Zurich, pero que de haberlo, seguro seguro que tendrían otro tipo de música... luego ya me fui enterando que ahí lo que se lleva es la música electrónica, una cosa así como de martillazos y chispazos repetidos de forma aleatoria.
Yo porque no tengo dinero para invertir en ello, pero pienso que un buen negocio sería poner una escuela de canto con karaoke los fines de semana, realmente a más de uno/a le vendría bien para el alma ;-) porque lo que es el tiempo de ocio me pareció que estaba un poco carente de aire fresco y nuevas ideas, y tampoco me pareció que hubiera muchos sitios donde ir a bailar como lo entendemos en los países latinos.
Luego a un nivel tecnológico tenía curiosidad por ver si tenían mejores móviles que en el resto del mundo... y nada, son exactamente los mismos, funcionan igual de "bien", la batería les dura lo mismo y cuando se caen al suelo se rompen con la misma facilidad, así como los relojes suizos tienen un merecido prestigio internacional, el "móvil suizo" todavía está por llegar, van a tener que contratar a algún ingeniero otaku extranjero con ideas imaginativas y coloristas para que les eche una mano...
Es que a la industria de la telefonía móvil últimamente le traiciona el subconsciente, no hay más que ver esta tienda de Apple en el centro de Zurich, con todas las mesas cuadradas alineadas de forma cuadriculada en un local gris que parece un templo de las ideas cuadriculadas, rígidas y grises, donde las únicas líneas curvas son las del logotipo de la entrada, que en otros tiempos era una manzana con colorines y ahora es en blanco y negro:
La verdad es que la sensación que me dio Zurich es de que ahí se venden mejor las cosas caras que las baratas, es como que incluso si algo pudiese ser barato tendría que ser caro porque si no la gente desconfiaría y no lo compraría.
Entonces lo de que los salarios sean altos en el fondo es una especie de espejismo, porque como todo es tan caro al final ganar 6000€/mes puede ser como ganar 2000€/mes en España, no está mal pero tampoco es el colmo de las maravillas.
Y la pregunta que queda siempre flotando en el aire es "¿porqué países como Portugal o España son como son y no son como Suiza?", porque si bien de España se puede decir que tiene una población mucho mayor, en el caso de Portugal la población es similar, el tamaño más grande y su posición geográfica más favorable.
Pero bueno, como dice el dicho "doctores tiene la Iglesia", institución que curiosamente confía la seguridad física del Papa y el Vaticano a la Guardia Suiza desde el siglo XVI, única misión militar de Suiza fuera de sus fronteras, lo que no deja de ser curioso, ya que estadísticamente menos de la mitad de los suizos son católicos e históricamente ha sido un sitio donde el protestantismo tuvo y tiene profundas raíces.
Luego a un nivel más anecdótico, paseando por las calles de Zurich mientras ordenaba mis ideas y esbozaba planes de cara al futuro, me topé con este edificio adornado con banderas de España, al principio pensé "anda mira, el consulado español, que bien decorado lo tienen", pero no, no era el consulado sino una bodega española que lleva abierta nada menos que desde 1874:
Y en el escaparate, bajo una muñeca de una bailaora flamenca había dos tabletas de turrón marca El Almendro... con un precio de 12€ cada una! o_O
Lo bueno de esa tradición suiza de multiplicar los precios es que cuando vas de visita y llevas algo de regalo su valor aumenta nada más entrar en el país, así pues, yo casualmente llevé dos tabletas de turrón bien buenas de 5€ cada una, que por la misma regla de 3 en Suiza deberían costar unos 60€, casi nada.
Luego para terminar la visita se me ocurrió darme una vuelta por el lago de Zurich, que está lleno de puertos deportivos, no es que pretenda ir con Xebec hasta Zurich, pero tenía curiosidad por ver los yates que los dueños de las grandes fortunas del planeta tendrían ahí amarrados para su tiempo de ocio... yo pensaba "será como una especie de Marbella pero sobre agua dulce".
En cambio, la realidad fue que, al menos en esta época del año, lo que más se ve en los puertos deportivos son barcos de poco valor económico en un estado algo mejorable de mantenimiento, por ejemplo, justo en frente de la Ópera de Zurich estaban estos dos barcos que parecen ser bastante del agrado de las gaviotas:
Vamos, me imagino que en alguna zona del lago habrá algún puerto con barcos mejores, pero desde luego en la zona del centro de Zurich no se veía ningún barco que diera envidia, y eso que en general todos los suizos que conocí navegando por agua salada iban con barcos buenos, bonitos y caros.
Y resumiendo, que durante las próximas semanas o meses intentaré buscar algún trabajo en Suiza e ir ahí una temporada para intentar conocer personas interesantes, ahorrar algo de dinero e ir madurando mis planes de cara al futuro.
El puerto en Ponta Delgada lo tengo pagado hasta el verano y realmente aquí ahora son los meses más parados y lluviosos del año, sin muchas expectativas de que ocurra nada diferente a los inviernos anteriores, ni mucha motivación de emprender viaje rumbo Sur.
En lo que se refiere a las consultas, espero seguir atendiéndolas con normalidad mientras siga en el barco, y si al final me instalo en Suiza y me falta tiempo para ello, cerraría el consultorio para nuevos clientes, pero intentaría seguir atendiendo a los que ya hicieron consultas en el pasado, realmente muchos y muchas con los años se han convertido más en amigos que clientes y no voy a dejar a toda la gente colgada así de buenas a primeras.
En cuanto al barco, que mucha gente me pregunta si lo voy a vender, cuando y por cuanto dinero, pues mi idea es ponerlo a la venta cuando ya las cosas en Suiza estén bien encauzadas y esté claro que no lo necesito más, vamos, puede ser cuestión de unos pocos meses, pero como quiera que sea antes de ponerlo en venta prepararé un dossier con todas las características, subiré algunos vídeos y fotos actualizados, y enviaré un boletín para informar de que está en venta, lo mejor si alguien pudiera tener interés en comprarlo es subscribirse al boletín y esperar a que lo ponga en venta; vamos, hoy por hoy la realidad es que no lo vendería ni por mucho ni por poco dinero.
Y sobre el precio, pues una vez que ya no lo necesite le pondré un precio de mercado adecuado para que aparezca un comprador en cuestión de pocos meses, todavía no sé cuanto, pero sin duda será bastante menos de todo lo que gasté en él a lo largo de los años, con los barcos viejos es así, nunca recuperas económicamente el dinero que inviertes en ellos.
Bueno, pues con estos planes e ideas son con las que empiezo 2017, sabe Dios donde estaré cuando termine el año, sinceramente no puedo ni imaginarlo!