Esta receta es tremendamente fácil y versátil, se trata de una masa muy simple que se puede adaptar tanto para hacer una especie de pan, como pizzas o galletas, e incluso puede freírse en la sartén si no hay horno, tiene también innumerables variantes para que cada vez salga diferente y no resulte monótona.
Los ingredientes básicos son los siguientes:
- Harina/s
- Aceite
- Agua
- Sal
Después hay muchos ingredientes secundarios que se pueden usar para darle variedad, por ejemplo jengibre, sésamo, semillas de anís, ajo, vino blanco o zumos en vez de agua; también se puede usar levadura para que quede esponjosa en vez de crujiente, o incluso azúcar si se quiere que sea dulce.
En este ejemplo yo usaré harina de tres tipos (maíz, centeno semi-integral y trigo), semillas de sésamo y anís, y zumo de naranja.
El procedimiento es muy simple y no se tarda ni cinco minutos en tener la masa en el horno.
Primero se mezclan los ingredientes secos en un recipiente donde se puedan revolver bien:
Las semillas de anís yo tengo la costumbre de molerlas para sacarles mejor el sabor, para ello sirve un molinillo de café como este:
Si no hay molinillo se les puede pasar por encima un rodillo de cocina repetidamente para aplastarlas y que así suelten mejor su esencia con el calor.
También se puede hacer lo mismo con las semillas de sésamo, a gusto del capitán ;-)
A continuación preparamos la parte líquida de la masa, se pone en un vaso sal y o bien agua (mejor templada) o zumo o vino blanco, un poco lo que apetezca y se tenga a mano, yo en este caso usé agua con zumo de naranja para hacer un experimento, pero mi experiencia es que con lo que mejor queda es con el vino o con un zumo de manzana consistente, de esos que son turbios y algo densos, lo que se llama "sidra dulce" en Asturias.
En la foto le echo una pizca de levadura de panadería para que quede la masa algo esponjosa, pero normalmente no lo suelo hacer, sin la levadura queda más crujiente, aunque también depende mucho de la harina, si la harina de maíz es buena le da un toque muy rico.
También en este paso si se añade algo más de levadura se podría hacer pan, lo que ocurre es que en ese caso es necesario fermentar la masa: para ello primero se mantendría a 40 grados media hora, se vuelve a amasar y se pone otra vez a 40 grados otra media hora, y ya entonces se hornea, debiendo de aumentar entre 2 y 4 veces su volumen... pero bueno, lo de hacer pan tiene su intríngulis y es mejor dejarlo para otro momento.
Volviendo a la receta que nos ocupa, una vez que esta la sal con el vino o el zumo, se remueve bien y se le va añadiendo el aceite poco a poco, de tal forma que este queda en suspensión como en esta foto:
Ahí hay 3/4 de agua y sólo 1/4 de aceite, hay quien usa mitad y mitad, pero a mi me gusta más así porque no queda la masa demasiado grasienta.
A continuación se vierte toda la mezcla líquida en la mezcla seca y se remueve con un tenedor:
Las cantidades son a ojo, si al mezclar los ingredientes la masa queda demasiado liquida o pastosa, se echa más harina, si queda demasiado seca, más agua y/o aceite, a la tercera vez que la haces ya sabes calcular a ojo las medidas sin problemas.
Lo normal es que al remover con el tenedor quede la masa en bolitas:
Y luego se le da un último toque amasándola con las manos, aunque normalmente no hace falta amasarla mucho... la textura óptima es aquella en que la masa queda blanda y moldeable pero no tanto que se pegue a las manos, ni tan seca que se haga cachos:
Pero vamos, al final la realidad es que mientras la consigamos extender en la bandeja y meterla al horno quedará comestible, generalmente si la masa quedó un poco seca luego queda más crujiente, pero depende mucho de las harinas.
Si en el barco (o en casa) no hay rodillo se puede improvisar uno con el mismo vaso en el que se mezclaron los líquidos para la masa:
También supone un gran ahorro en tiempo el usar papel de horno en la bandeja, así la masa no se pega y la bandeja no se mancha ^_^
Una vez que está la masa extendida se mete al horno, no sé la temperatura porque mi horno sólo tiene posición de apagado o encendido... pero vamos, me imagino que alrededor de 200 grados tendría que servir.
Yo lo que hago es primero hornearla 15 minutos, y luego otros 10 minutos más, de tal forma que si lo que quiero es una pizza, después de los primeros 15 minutos saco la bandeja del horno, pongo los ingredientes sobre la masa ya medio horneada, y lo vuelvo a meter todo 10 minutos al horno.
Si simplemente se quiera una galletona, pues se hornea hasta que quede dorada por arriba y por abajo y ya está:
Si lo que se querían eran galletas pues simplemente se hacen cachitos con la masa y se les da forma de galletas.
Hay veces que queda tan rica que se puede comer así tal cual, y otras veces pide untarla o acompañarla con algo... sobre todo depende de las harinas, con esta receta se aprende muy bien a distinguir las harinas buenas de las malas ;-)
Y esta otra es la variante hecha pizza, incluso sin queso ni salsa de tomate queda bastante aceptable:
Como se puede ver el resultado final no es algo extraordinario, pero teniendo en cuenta el poco trabajo que da y lo rico que queda pienso que es muy útil en un barco o en una casa donde no haya mucho tiempo para cocinar.
Una vez que aprendes esta receta dejas de comprar pan, pizzas y galletas, no por ahorrar dinero, sino porque da menos trabajo hacerlas en en el barco que salir a comprarlas, y además quedan mucho más ricas al estar recién horneadas y haber usado ingredientes buenos ^_^