"Sólo puedes hacer algo por primera vez, una única vez en la vida", esa frase de los Pardey vino a mi cabeza más de una vez a lo largo de este mes de mayo con todos los preparativos de la botadura de Xebec y la subsiguiente mudanza al barco, obviamente fue diferente que la primera mudanza que hice cuando compré el barco en Plymouth en 2008, pero de alguna forma no dejó de ser lo mismo de otra manera.
Aún así fue intenso y emocionante, el final de una etapa conocida y que quizás ya duraba demasiado, y el comienzo de otra nueva, donde no se sabe casi nada, ni a donde me llevará, ni cuando, ni con quien... pero también por eso está rodeada de esperanza, porque al no saber lo que va a pasar mañana ni donde voy a estar, pues es fácil imaginar que todo puede ser mejor, mientras que viviendo en tierra firme todo es mucho más previsible y estático.
Como quiera que sea la botadura del barco salió bien, aquí se le puede ver volando hacia el agua:
El siguiente paso una vez en el agua fue montar toda la jarcia firme y fija (los cabos y cables de acero) y poner el mástil en vertical, se dice rápido, pero la historia me llevó una semana entera de trabajo entre preparativos y planificaciones diversas.
Lo más complicado fue ingeniármelas para poner el mástil de tal forma que luego no hiciese falta subir arriba... sinceramente me daba mucha pereza, ya bastante complicada es la vida como para andar subiendo a los mástiles con lo bien que se está en el suelo!
Tenía la opción de usar la grúa amarilla de la botadura, la azul de los pescadores (al fondo) o la verde del puerto deportivo que se ve en primer plano en esta foto:
Al final me decidí por esta última a pesar de ser la más pequeña de todas, la idea era usar una cruz de 2 metros y medio para que el mástil asomase por encima de la grúa y así no hubiera problema de que la parte de arriba del mástil pegase en la parte de abajo de la grúa.
Con un esquema se entiende mejor:
Sobre el papel me parecía complicado, pero en la práctica fue sorprendentemente sencillo, sólo necesité la ayuda de una persona y luego dos espontáneos para ajustar las amarras en la mitad de la maniobra.
Lo que ocurre es que la parte de arriba del mástil es muy delicada, en esta foto se puede apreciar, un golpecito a esa luz o esa veleta y 200€ en piezas más días enteros de trabajo entre compras por internet e historias varias:
Pero bueno, al final todo fue bien, y casualmente el mismo día que se cumplían exactamente 2 años de que llegué a la isla de las Flores, el 20 de mayo, el mástil de Xebec volvió a estar en vertical.
El siguiente trabajito fue amarrar el barco adecuadamente, porque al de poco de poner el mástil vino un vendaval del Este que metió bastante mar de fondo en el puerto, con lo cual las amarras daban unos tirones de espanto, al final todo se solucionó con un ancla de 25 kilos por popa y 4 neumáticos grandes por proa:
Una vez con el barco en el agua, el mástil en vertical y el barco danzando en círculos pero sin dar tirones, vino la traca final: meter un apartamento de 40 metros cuadrados en un barco de 9 metros cúbicos, esta fue la parte más cansada, el problema no es llevar las cosas, sino organizarlas para que entren, siguiendo un orden lógico de tal forma que cuando necesitas el cepillo de dientes no tengas que mover veinte cosas para alcanzarlo.
De hecho todavía tengo que organizar mejor todo, ahora mismo hay demasiadas cosas en el camarote de proa, de tal forma que esta queda más hundida que la popa, con lo cual no se puede navegar adecuadamente... sí, también hay que tener en cuenta donde pones los pesos, lo que va a proa tiene que ser compensado con lo que va en la popa, lo de babor con lo de estribor... es trabajo, mucho más que apilar cajas en el suelo.
Ahora gracias a Dios ya terminó todo y vuelvo a la rutina de la vida a bordo, agradeciendo todas las pequeñas mejoras que fui haciendo al barco estos dos años, entre otras cosas lo pinté y barnicé entero por dentro, y reformé la cocina, que ahora es mucho más funcional:
Es difícil apreciar los detalles en la foto si nunca se vivió en un barco pequeño, pero resumiendo, las mejoras en relación al pasado serían estas:
- Ya no hay que pisar el fregadero para entrar en el barco! hay un peldaño a un lado bien delimitado de la zona de fregar.
- Dos fregaderos grandes y profundos en vez de uno de juguete.
- Agua dulce y salada, tanto a presión como por gravedad.
- La bomba de desagüe del fregadero se puede usar con cada uno por separado, los dos a la vez o para achicar la sentina.
- Superficies de trabajo en polietileno de alta densidad, mucho más prácticas que la madera u otros plásticos.
- El imprescindible rollo de papel de cocina va a la izquierda del fregadero grande (ese tubo blanco que se ve sin colocar).
- Los perfiles de latón antideslizantes de los peldaños... se acabó el cambiar las bandas adhesivas cada pocos meses!
También estoy haciendo experimentos para conseguir usar la cocina como un horno sin tener realmente un horno... de momento las pizzas quedan bien, pero todavía necesito mucho más I+D para poder hacer pan de forma eficiente ^_^
En esta otra foto puede apreciarse el detalle de la bomba de agua de pie (abajo) y el grifo de agua salada por gravedad, la manguera (todavía sin montar) es para redirigir el agua a un recipiente, evitar que gotee al cerrar el grifo y poder llenar el fregadero pequeño de agua salada sin usar la bomba de pie (está justo a la altura de la línea de flotación).
Y como muestra de que los pequeños detalles son los más importantes, he aquí una de las últimas adquisiciones, un buen molinillo de café que muele de todo menos café: frutos secos para el desayuno, especias para la comida y plantas varias para hacer infusiones especiales:
En la foto me acababa de hacer una infusión de anís estrellado, con esa forma está claro que tiene que ser bueno para muchas cosas y dar buena suerte, pero claro, para sacarle la sustancia hay que pasarlo por el molinillo ;-)
Bueno, pues este es el relato de la vuelta a la vida a bordo, en cuanto a los planes para el futuro, son tan secretos que ni yo mismo conozco los detalles! únicamente que en algún momento del verano probablemente vaya a alguna otra isla de Azores, y después ya se verá.