Esto nos lleva a la cuestión de echarse las cartas uno mismo, si es bueno, malo o regular...
Pues yo creo que todo depende de como lo hagamos, es decir, hay que saber cuando es el momento de echar las cartas, que preguntar... lo mismo que comentaba antes solo que con el añadido del problema de la objetividad, es difícil ser objetivo con uno mismo, a menudo tendemos a querer ver las cosas como nos gustaría que fuesen en vez de como son en realidad; por eso algunas veces al auto-echarnos las cartas no entendemos lo que dicen... hasta que los acontecimientos se desencadenan.
Es muy típico que una persona que se echa las cartas a si misma caiga en la tentación de hacerlo demasiado a menudo y acabe haciéndolo hasta para decidir cuando ir al baño... esto es sin duda algo insano
Yo puedo contar mi experiencia: llevo echándome las cartas más de 25 años, y en promedio no creo que lo haya hecho más que unas 3 ó 4 veces al año, de hecho he tenido temporadas de más de un año en que no me las eché ni una sola vez, y además mi caso es poco habitual porque he tenido una vida bastante movida y turbulenta... por otra parte casi nunca hago para mi una tirada que hablé de mi futuro, creo que sólo lo hice 2 veces y la última fue hace más de 16 años.
Quizás lo que ocurra a menudo sea que mucha gente acude al Tarot en busca de soluciones a sus problemas y lo que encuentra en el mejor de los casos no son más que observaciones, consejos y sugerencias, que así dicho parece muy poco pero generalmente es mucho si lo sabemos apreciar en su justo valor.
Visto todo esto, se puede entender porque durante muchos años preferí no pretender ganarme la vida echando las cartas del Tarot, entre otras cosas me preocupaba que a más de la mitad de las personas preferiría decirles que no voy a preguntar lo que quieren que pregunte a las cartas, y a otra buena parte me gustaría más invitarlas a merendar y charlar un rato con ellas.
Después de muchos años atendiendo consultas, lo cierto es que tampoco era como me imaginaba al principio, la mayoría de la gente sabe escoger las preguntas con un mínimo de sentido común, y cuando alguien pregunta algo que pienso que no es buena idea preguntar, pues simplemente se lo comento, aunque casi siempre insiste en hacer la pregunta y yo echo las cartas sobre ello (al final quien paga manda).
Y lo de las meriendas... la mayoría de personas que vienen a hacer la consulta en persona están con la cabeza en lo que vienen a consultar y no quieren saber nada de comida!