Así pues, cada carta no es otra cosa que un cuadro pequeñín que esta realizado con la intención de expresar un arquetipo concreto, por tanto para averiguar el significado de una carta no es imprescindible recurrir a un libro, si no que en un principio se puede intuir de la propia imagen de la carta.
Una vez que se llega al significado arquetípico de un arcano lo que tenemos es una idea abstracta en la mente que no podemos expresar de una manera exacta mediante palabras, tenemos que conformarnos con expresarla de una manera aproximada con la esperanza de que la persona que lea nuestras palabras y mire la carta en si llege a interiorizar ese significado abstracto.
Dicho con un simil, vendría a ser como si cada carta fuese un acertijo, pero a diferencia de un acertijo no hay una respuesta concreta y objetiva facilmente expresable con palabras, si no que la respuesta es una idea abstracta que tiene que surgir dentro de nosotros.
Aquí vienen que ni pintados los dichos aquellos de "Una imagen vale más que mil palabras" y "La verdad no se puede conocer, si se pudiera conocer no se podría expresar, y si se pudiera expresar no se podría comprender"; esto último es bastante fatalista y hay que entenderlo en su contexto (la grecia antigua), no hay que tomarlo como una verdad lapidaria si no como un pensamiento que surge de la divagación una apacible tarde de verano.
Por tanto, cuando leemos en un libro lo que significa una carta del tarot, lo que estamos leyendo no es una definición exacta y científica, si no las palabras con las que una persona quiere sugerirnos el significado abstracto de esa carta, es decir, no son la respuesta, si no una ayuda para llegar a esa respuesta.
Si coges un mazo del tarot verás que hay algunas cartas que en seguida te sugieren algo y otras que en cambio no te dicen nada o no ves claro que pueden representar, eso es normal, sin duda habrá cartas que no acabes de cogerles el significado, no te preocupes por ello, con el tiempo todo se andará...