Escrito el 8/Agosto/2021 por Nacho
Teniendo en cuenta lo complicado de la situación que vivimos tanto a nivel global como en nuestro entorno cercano, me pareció útil hablar de los mecanismos de defensa de la mente, que también podrían llamarse "mecanismos de supervivencia mediante el autoengaño", fueron descritos hace más de un siglo por varios psicólogos con Freud a la cabeza, y pienso que hoy en día son imprescindibles para entender porque las personas reaccionan ante todo lo que está pasando de la manera que lo hacen.
Lo más importante es que se trata de mecanismos inconscientes, con lo cual uno mismo puede caer en ellos con facilidad y no darse cuenta, es más, probablemente todos estemos haciendo uso de ellos en mayor o menor medida, y también por eso es importante conocerlos, para de alguna forma evitar vernos arrastrados por ellos más allá de lo imprescindible.
Pero quizás lo mejor sea entender lo que son con algunos ejemplos concretos:
Negación: consiste en negar la existencia de los problemas o su relevancia para uno mismo. Un buen ejemplo pueden ser todas las atrocidades cometidas por los nazis antes y durante la II Guerra Mundial: ¿qué hacían la mayoría de civiles alemanes durante aquellos años? negar que su gobierno estuviese haciendo nada malo y seguir adelante con sus vidas, no es que no se dieran cuenta de lo que pasaba, sino más bien que el camino fácil para sobrevivir era ignorar las atrocidades porque a ellos no les afectaban tan directamente como a "los otros".
Los nazis decían que llevaban a los judios a centros de realojamiento donde comenzarían una vida mejor... y los alemanes, aparentemente, se lo creíanEl detalle importante es que ese proceso se hace inconscientemente, es como si en cuestión de un instante la persona se da cuenta de que lo que le están contando los que mandan es todo mentira y que lo que están haciendo es en realidad una monstruosidad inaceptable, pero como esto choca con mantener su bienestar material, pues decide autoengañarse para poder estar a bien con su entorno, y una vez que ha tomado esa decisión, la olvida, relegándola también a su subconsciente para que el autoengaño sea efectivo y total.
Por desgracia tenemos muchos ejemplos de atrocidades recientes que la mayor parte de la gente prefiere negar y hacer como si no existiesen: las guerras de Afganistán, Irak, Libia, Siria... el terrorismo de dudosa autoría, la comida "poco sana", el aumento exponencial de enfermedades graves en personas cada vez más jóvenes, la censura del Google y el monopolio de Internet por cuatro empresas, la destrucción del tejido productivo de nuestros países, un sistema educativo de dudosa calidad... y de la sanidad mejor ni hablar.
Racionalización: se inventan excusas racionales para justificar hechos inaceptables que son innegables. Por ejemplo la especulación inmobiliaria, en vez de reconocer que es injusta y una forma de miseria y esclavitud que implicaría que todo el sistema socioeconómico está podrido, se inventan razonamientos del tipo: los precios siempre suben nunca bajan, vivir de alquiler es para fracasados, si no te hipotecas nunca tendrás nada, luego lo vendes más caro y siempre ganas dinero, es lo que hace todo el mundo...
casa tradicional japonesa de antes de la democracia hormigonera,
se construían en 3 meses por los familiares de la pareja, sin hipoteca
del anime PomPoko de Isao TakahataEn general estas excusas racionales se sostienen mientras duran las vacas gordas, por ejemplo mientras los precios de la vivienda suben y el mercado laboral ofrece buenas oportunidades, luego cuando llegan las vacas flacas, o bien la persona reconoce su error, o se hunde más y más en una espiral de problemas mentales y decadencia humana.
Proyección: se atribuyen a otras personas las propias virtudes o defectos evitando verlos en uno mismo; el ejemplo más claro es el de la típica pareja celosa que ve posibles infidelidades por cualquier lado, cuando en el fondo es el/ella quien está deseando tener una "aventura" de manera inconsciente (si fuera consciente de ello sería simple hipocresía, no autoengaño); viene a ser lo que dice el refrán de "piensa el ladrón que todos son de su condición.
Los mecanismos de defensa son clave para entender las relaciones de pareja
ilustración de Kenji TsurutaPuede tomar también la forma de rechazo hacia personas en las que vemos reflejadas características nuestras que rechazamos inconscientemente, por ejemplo alguien que vive al borde de la marginalidad y rechaza a las personas en situaciones similares a la suya, intentando juntarse con los de un nivel social y material más elevado, sin darse cuenta de que el problema es que ni acepta ni es consciente de su situación de marginalidad.
Sublimación: consiste en redirigir la energía que no se puede manifestar en un área de la vida que tenemos bloqueada a otra actividad en la que no estamos bloqueados, un ejemplo habitual es el del típico "genio de la informática", que en el fondo lo es porque es un fracaso a nivel afectivo y social y eso le hace redirigir inconscientemente toda esa energía psíquica estancada hacia los ordenadores y demás maquinitas de perder el tiempo.
Puede ser también el caso de personas que destacan en las artes, la música, la ciencia, los deportes o los negocios, por ejemplo los/as típicos/as adictos/as al trabajo; en muchos casos puede parecer que es un mecanismo de autoengaño "bueno", porque es innegable que ser un músico de reconocido prestigio o un informático que gane 100.000€/año no dejan de ser cosas buenas, al menos en el plano material, el problema es la frustración oculta que puede haber dentro de esas personas, es decir, que a pesar de su éxito material puedan sentirse frustradas sin saber bien porque, compensado esa frustración con más y más dedicación a la actividad con la que subliman esa energía bloqueada.
Disociación: a veces puede ser simplemente un "soñar despierto" imaginando que las cosas son mejores de lo que en realidad son, pero sin perder totalmente la noción de que se trata de ensoñaciones; otras veces se sacan de la realidad aspectos desagradables, de tal forma que se convive con más y más incongruencias, por ejemplo ser pobre pero pretender ignorar las precariedades y problemas que eso implica.
ilustración de Tsukasa HojoBásicamente viene a ser un alterar la percepción de la realidad en nuestra mente para hacerla más aceptable, en pequeñas dosis puede ser útil, pero a menudo deriva en trastornos graves si crece descontroladamente.
Formación reactiva, o hacer lo contrario de lo que realmente se quiere hacer, por ejemplo alguien muy pudoroso que en el fondo lo que tiene son deseos sexuales reprimidos, o alguien muy pulcro y ordenado que en el fondo quisiera vivir de una manera más libre y despreocupada.
ilustración de Tsukasa HojoAsí es que a veces este mecanismo puede tener efectos positivos, al menos en el plano material, la clave esta en ver si la persona es feliz y tiene "paz interior" con esas actitudes, o si por el contrario tiene una especie de constante tensión interna a causa de ellas.
Aislamiento e intelectualización: en el primero se relega al subconsciente el hecho que causa malestar íntimo, pero nos queda el malestar, a menudo ansiedad, sin saber a que se debe; en el segundo se relega al subconsciente el malestar íntimo y nos quedamos dando vueltas al problema de manera intelectual pero sin ser conscientes del sufrimiento que nos causa.
En ambos casos la mente consigue de esta manera tratar de una forma más manejable con los problemas y situaciones a los que no es capaz de enfrentarse de forma más completa, no es la situación ideal pero a menudo puede ser la menos mala posible.
Así es que estos mecanismos inconscientes de autoengaño no son necesariamente "malos" ni mucho menos, a menudo son la única forma que tiene una persona "psicológicamente débil" (como somos la inmensa mayoría) de seguir adelante en medio de una situación hostil que le desborda y ante la que poco o nada puede hacer; en ese sentido son más bien mecanismos de supervivencia y una forma de ganar tiempo esperando que en el futuro las circunstancias puedan ser más favorables y/o nosotros más fuertes para hacerlas frente.
El problema viene cuando el tiempo pasa y los problemas lejos de resolverse aumentan... por eso a menudo "cuanto más grande es una mentira más fácil es que se la crean", porque el no creérsela implicaría un daño demasiado grande a nuestros esquemas mentales, tanto más cuanto mayor sea la mentira.
Por ejemplo, si un político roba 10.000€ y dice que los gastó en "obras caritativas", el aceptar que está mintiendo no implica un gran trastorno en nuestras vidas, pero si el presidente de nuestro país dice que está "salvándonos" cuando en realidad está matándonos lentamente, el aceptar esa realidad implica el derrumbe de casi todo lo demás en lo que nos apoyamos, desde nuestro trabajo, los impuestos que pagamos, el colegio a donde van nuestros hijos, los tribunales en quienes confiamos, la policía, el ejército... son demasiadas cosas que se vienen abajo si se reconoce la mentira como tal, con lo cual la mayoría de la gente busca inconscientemente un mecanismo para autoengañarse y evitar mirar la realidad de frente.
Lo que ocurre es que al no reconocer el problema tampoco se hace nada por solucionarlo, con lo cual el problema crece, y cuanto más crece más grande tiene que ser el autoengaño para evitar verlo, de tal manera que la tensión psíquica dentro de las personas se hace más y más insoportable, y la gente acaba por chiflar, de la neurosis (donde se enmarcan estos mecanismos de defensa) se pasa a la psicosis, y de ahí a todo tipo de trastornos mentales irreversibles.
Así es que desde que comenzó la crisis del Covid los problemas de salud mental se han disparado de una forma alarmante, precisamente porque mucha gente no se cree lo que le cuentan pero tampoco pueden aceptar esa "duda" conscientemente, cualquier psicólogo o psiquiatra puede ver que detrás de mucha gente que asegura creerse la versión oficial lo que hay son una combinación de estos mecanismos de defensa de la mente, o en otras palabras, un problema latente de salud mental que saldrá a la superficie de una forma u otra si la pandemia no acaba pronto y las cosas vuelven a la normalidad.
ilustración de Tsukasa Hojo
Mi conclusión de todo esto es que la tendencia es a que estos mecanismos de defensa "naturales" de nuestra mente sean insuficientes para hacer frente a lo que tenemos encima y lo que parece que todavía vendrá... con lo cual mucho me temo que la única "vacuna" contra el colapso mental va a ser la Fe en Dios.